Las obras de remodelación del aeropuerto de Palma siguen avanzando y se ha procedido ya a derribar la fachada de uno de sus laterales, lo que va a permitir ganar un espacio que, entre otras cosas, posibilitará aumentar los puntos de facturación y las cintas de equipajes, según se pone de relieve desde Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). Hay que recordar que el proyecto dispone de un presupuesto de 200 millones de euros y su plazo de ejecución es de 39 meses, después de que se adjudicara a la empresa Acciona a principios del pasado año.
En este momento parte de los trabajos se están realizando en uno de los laterales, en la zona que ocupaba una rampa de acceso y ascensores, cuya fachada ha sido derribada.
Ganar espacio
En este caso, la ampliación de esta zona permitirá añadir dos nuevas cintas de equipajes, reduciendo el problema que se daba durante el verano cuando dos vuelos se solapaban en la misma, y también se podrán instalar dos nuevas líneas de facturación, lo que agilizará los trámites que los pasajeros deben de realizar.
La reforma completa incluye una remodelación de los filtros de seguridad, la reestructuración de los espacios comerciales, y se reducirán los recorridos hasta algunos módulos de embarque. También está prevista la construcción de cinco nuevas pasarelas para acceder directamente a los aviones.
Esta actuación se ha visto envuelta en la polémica, dado que en 2021 el Consell de Mallorca aprobó una moción de Unidas Podemos, con el apoyo de los partidos del Pacto, para expresar su oposición a lo que se consideró como una ampliación de Son Sant Joan.
Acero circular de bajas emisiones
Por otro lado, Acciona y AENA han acordado el uso de acero circular de bajas emisiones en las obras de remodelación y ampliación del aeropuerto de Son Sant Joan, adjudicadas el pasado año a la compañía.
Según informó esta entidad, entre los principales materiales que se usarán destaca el acero corrugado, del que se necesitarán unas 7.000 toneladas.
"En línea con los compromisos de sostenibilidad de la compañía, Acciona consideró como criterio determinante en la selección del proveedor la capacidad de ofrecer un producto de bajas emisiones".
El proceso completo para garantizar la sostenibilidad consta de varias fases. En primer lugar, el gestor autorizado a cargo de la demolición y gestión de los residuos férricos de la antigua terminal de Palma procesará estos metales en sus instalaciones del Polígono de Ses Veles y los suministrará a la empresa Celsa.
Una vez recibido este material, la empresa producirá el acero corrugado mediante la tecnología del horno de arco eléctrico, alimentado exclusivamente con electricidad de origen renovable.
Por último, Acciona recibirá este acero y lo empleará en la construcción de elementos estructurales de hormigón armado en la reforma y ampliación de la nueva terminal.
"De esta forma, se logran dos objetivos fundamentales de sostenibilidad", se enfatizó. Por un lado, "se avanza en la circularidad en el uso de los materiales", ya que el acero que se gestione durante la demolición volverá al aeropuerto en forma de material para emplear en su remodelación y ampliación. Por otro, se consigue una reducción "de más de un 40 por ciento" de las emisiones asociadas al producto respecto al promedio de plantas que producen con una tecnología similar en España, según se afirmó.
Además, como resultado del empleo de este tipo de acero, se logra evitar la generación de más de 1.900 toneladas de emisiones de CO2, subrayó Acciona.
