El precio medio de los alquileres de Baleares se situó en enero en un máximo histórico, al mismo nivel en el que se encontraba en julio del pasado año: 14 euros al mes por cada metro cuadrado. O lo que es lo mismo, 560 euros mensuales por un pequeño piso de 40 metros cuadrados, o 1.120 si se aspira a una vivienda de 80 metros. Según el informe publicado ayer por el portal inmobiliario Idealista, los niveles que se han alcanzado en las islas solo quedan por debajo de Cataluña (16 euros de media debido al tirón de Barcelona) y Madrid (15,1 euros).
La presidenta del Colegio Oficial de Agentes de la propiedad Inmobiliaria de Balears, Natalia Bueno, subraya que si en enero se alcanza un alquiler medios como el antes indicado, durante el próximo verano ese importe se volverá a disparar debido al aumento de la demanda provocado por los turistas y los empleados de temporada, estos últimos con serios problemas para hacer frente a semejantes costes. Por ello, Bueno vaticina que durante el periodo estival «volverá a darse una escasez de trabajadores de todo tipo, al no poder encontrar una residencia».
La presidenta de los API de las islas hace una advertencia adicional: todo lo que pasa en Formentera y en Eivissa acaba llegando a Mallorca, y lamenta que en las Pitiüses ya se están dando caso de alquileres para residentes pero que solo van de octubre a abril, obligando al inquilino a abandonar la casa en verano para poder dedicarla al uso turístico.
El precio medio de 14 euros por metro cuadrado de enero que Idealista asigna al archipiélago supone una subida del 1,3% si se compara con el mes anterior, del 3,5% con carácter trimestral, y del 16% en relación al inicio de 2022, lo que refleja la extraordinaria velocidad con la que se están incrementando estas rentas. En la comparativa interanual, solo Cataluña muestra un encarecimiento más notable, al llegar al 16,2%. Como referencia, la media en España respecto a enero del pasado año ha sido un alza del 9,1%, con un precio medio de 11,6 euros mensuales por cada metro cuadrado, el más alto desde que Idealista dispone de registros.
Como anécdota, apuntar que el alquiler medio de Extremadura es de 5,8 euros el metro cuadrado, el más bajo del país.
Pero la situación es todavía más preocupante si se utiliza como referencia la evolución que se ha dado en Palma, municipio que concentra la mayor demanda residencial de la isla, debido al ritmo con que el valor de sus inmuebles se está elevando.
Alquiler medio en Palma
El precio medio de la capital balear asciende a 13,3 euros el metro cuadrado, ligeramente por debajo de la media balear ya que la situación de Eivissa empuja ese último importe al alza, pero la subida que eso supone es de un 3,1% respecto al mes anterior, la tercera tasa más acentuada de España, solo superada por el aumento del 3,8% de Soria o del 3,2% de Granada por lo que a capitales de provincial se refiere, con la diferencia de que el valor medio de estas dos últimas ciudades es de 7,5 y 8,9 euros mensuales el metro cuadrado respectivamente.
Si la comparación se hace con carácter trimestral, esa subida llega al 5,2%, de nuevo claramente por encima de la media del conjunto del archipiélago, lo que refleja la intensidad que ese encarecimiento está adquiriendo durante los últimos meses.
Por contra, el alquiler de Palma se ha revalorizado un 15,1% respecto al inicio de 2022, menos que la media balear, prueba de la aceleración que este fenómeno ha ido registrado durante el pasado ejercicio.
Fracaso político
Natalia Bueno señala el fracaso de los intentos que desde la política se han hecho para facilitar el acceso a una residencia en las islas, al situar el valor medio de los alquileres muy lejos del alcance de buena parte de la población. Como ejemplo, se recuerda que lo máximo que la mayoría de los jóvenes pueden pagar por un alquiler no va más allá de los 400 o los 500 euros mensuales, un valor que solo se da en una vivienda de Mallorca de las que aparecen en el portal Idealista, y además situada en Sant Llorenç des Cardassar, muy lejos de las zonas con mayor demanda, como Palma y sus inmediaciones.
La presidenta de los API se declara pesimista respecto al impacto que puede tener el fijar un precio máximo de los alquileres, al considerar que puede provocar que se retraiga la oferta con la retirada de viviendas del mercado, agravando todavía más el problema actual.
En su opinión, la única forma de combatir esta situación es aprobando ventajas fiscales para los propietarios que no superen un listón determinado en sus precios, y elevando esta carga para los que queden por encima, de forma que no se busque obligar a nadie.
Además, lamenta que la mayoría de Ayuntamientos «no están haciendo los deberes» a la hora de registrar las viviendas que se encuentra vacías.
