Llibertat Picornell (1920-2015) tenía 16 años cuando se fue de Mallorca en julio de 1936, horas antes del golpe militar contra la República. Vivió la Guerra Civil en Barcelona y esquivó la terrible represión que hubo en Mallorca, especialmente durante los primeros meses de la contienda, y que se ensañó con su familia. 

Instalada en Francia desde 1946 hasta su muerte, visitaba puntualmente Mallorca y aunque aprendió a hablar fluidamente francés, no abandonó el mallorquín. En ese idioma habló por primera vez en público de su hermana Aurora y de su familia en 2003, cuando se desplazó a la isla para intervenir en un homenaje organizado por el Institut Balear de la Dona. 

«Es un deber recordar a la juventud de hoy los sacrificios y las luchas de las generaciones precedentes para alcanzar algo de justicia social y una vida más justa para los obreros. Algunos de los intelectuales de aquí fueron encarcelados y otros asesinados de una manera impropia de gente civilizada», pronunció Llibertat durante aquel acto. 

«Ir a la Olimpiada Popular de Barcelona me salvó seguramente de compartir la tragedia de los míos: el asesinato de Aurora, de mi padre y de mis dos hermanos Ignacio y Gabriel, sacados de la cárcel de noche por los falangistas y matados sin juzgarles. Mamá buscó los cuerpos durante muchos días y nunca los encontró», subrayó Picornell en su discurso, que se incluye íntegramente en la segunda edición de Aurora Picornell (1912-1937). De la història al símbol, obra de David Ginard.