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Martí March no volverá a aceptar ser conseller de Educación

Afirma que su futuro pasa por ser alcalde de Pollença o jefe de la oposición municipal

Martí March, en un pleno del Parlament.

Martí March afronta con «la máxima ilusión» su futuro político, que pasa por convertirse en candidato del PSIB para reconquistar la alcaldía de Pollença, su localidad natal. Quiere seguir los pasos que marcaron su padre y su hermano para convertirse en la máxima autoridad local de Pollença. Pero para ello, tendrá que renunciar a continuar siendo el conseller d’Educació, un cargo que ha venido desempeñando en los últimos ocho años, un tiempo que entiende «que es más que suficiente». Por ello, en declaraciones a este periódico, afirmó ayer que su etapa de conseller del área educativa llega a su final y que no se plantea, en el caso hipotético de que no saliera alcalde y su partido renovara el poder político en la comunidad autónoma, volver a aceptar el cargo que ha venido desempeñando en los últimos años. 

El aún conseller se compromete a seguir trabajando para la Conselleria hasta «el último día», pero compaginará esta labor con el trabajo que representa elaborar un programa político que le permita ganar las próximas elecciones municipales en Pollença. El reto es complicado, porque pasa por ganar en las urnas al actual alcalde, Tomeu Cifre, que representa a la derecha política del municipio. 

Lo que tiene muy claro Martí March es que su próxima etapa política solo cuenta con dos posibilidades: ser alcalde de Pollença o convertirse en el jefe de la oposición del municipio. Ya no aspira a ocupar ninguna silla en el Consell de Govern y afirma que «todos los retos me apasionan», incidiendo en que sería un honor para él «convertirme en el alcalde de mi pueblo». March reconoce que no habría aceptado ser candidato del PSIB si ello le hubiera supuesto un enfrentamiento político con su hermano Miquel Ángel, antiguo alcalde, que ha decidido retirarse de la pugna por las urnas. Se compromete a que su política esté marcada por el diálogo y no por el enfrentamiento, y tiene claro cuáles son las necesidades prioritarias que precisa Pollença para afrontar el futuro.

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