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Las chicas tienden a abusar más de las redes sociales (y sufren más los efectos negativos)

Tres investigaciones incluidas en el Anuari de la Joventut 2022 muestran que hay más tendencia a hacer un uso problemático de internet entre ellas que entre ellos

Jóvenes utilizando el móvil Istock

Los jóvenes de Baleares hacen un uso intensivo de internet en general, de las redes sociales y del móvil. Y entre las chicas hay más tendencia a caer en un uso problemático o abusivo, lo que tiene impacto en su rendimiento académico y en su salud mental (pudiendo derivar en problemas de depresión, ansiedad o trastornos de alimentación).

El Anuari de la Joventut editado por la Universitat recoge este año 22 trabajos sobre situaciones y aspectos que apelan a la población que está entre la infancia y la edad adulta. Fue presentado ayer por sus coordinadoras, Marga Vives y Belén Pascual, quienes llamaron la atención sobre la importancia de dar respuesta a la necesidad de este colectivo. 

Varios artículos del Anuari tocan abordan cómo los jóvenes usan (y algunos abusan de) internet en general y las redes sociales o el móvil en particular. Las investigaciones son muy diversas, pero todas coinciden en que el uso problemático (la incapacidad para controlar su uso, generando consecuencias negativas en la vida diaria), se da más entre las chicas que entre los chicos. 

Por ejemplo, así lo recoge el Estudio sobre el impacto de las redes sociales en las relaciones interpersonales de adolescentes y jóvenes realizado por Lluís Ballester, Sandra Sedano y Mónica Ballester a partir de una muestra muy amplia de estudiantes de centros educativos públicos de Calvià con edades comprendidas entre los 11 y los 18 años.

La investigación muestra que el uso problemático es más bajo en el municipio que a nivel estatal (11,3% frente 20%) pero se ve una diferencia notablemente superior en el caso de las mujeres (13%) que en el de los hombres (9,5%). Los autores advierten de que «no se puede infravalorar el resultado: se trata de adolescentes que expresan situaciones de ansiedad y de descontrol en torno a las redes sociales». Entre las consecuencias destacan un menor rendimiento escolar, distanciarse del entorno, problemas psicosomáticos y trastornos del sueño. 

Una de las experiencias «más tóxicas» de las redes, señalan los autores, es cuando los jóvenes reciben invitaciones para «hacer cosas que no les gustan» y ahí también ha diferencia de género ya que si estas invitaciones no deseadas les pasa al 22% de los jóvenes, en el caso de las chicas el porcentaje se va al 30%.  

 El trabajo Uso del teléfono móvil, estilo de vida y bienestar psicológico en estudiantes universitarios de la UIB, de Antoni Aguiló, Fátima Sánchez, Adrià Muntaner y Patricia Molina también aprecia esa diferencia de género en cuanto al uso del móvil entre la población universitaria. 

Este estudio recoge, entre otras muchas cosas, que las mujeres hacen un uso de mayor riesgo del móvil (11,2 %) y un uso más problemático (15,8%) que los hombres (7,7 % y 14,2 %,) respectivamente.  Asimismo, este artículo señala que un 17% de los universitarios padece nomofobia (miedo irracional a estar sin el teléfono móvil), un problema que en el caso de las mujeres es dos puntos porcentuales más habitual que en los hombres.

«Insatisfacción con la imagen corporal»

En el capítulo Efectos adversos del uso abusivo de internet por parte de los adolescentes, Catalina Coll, también ve una diferencia de género en el uso de las redes sociales.

 La autora recoge numerosa literatura científica sobre el tema y señala que las personas que abusan de las redes sociales tienen niveles más bajos de felicidad y más dificultades socioemocionales por lo que las chicas, que tienen más tendencia a usar las redes de forma problemática, presentan más problemas psicológicos y emocionales. 

Otra consecuencia negativa para las mujeres es «la insatisfacción con la imagen corporal, la depresión y la ansiedad general y social», señala Coll, que menciona el caso concreto de Instagram. En el caso de los hombres, por el hecho de preferir jugar en línea a juegos violentos, «desarrollan una personalidad más agresiva, aunque también se relaciona con trastornos depresivos o ansiosos». 

Dado el impacto que tiene el uso abusivo de internet en los jóvenes, Coll subraya la necesidad de tomarse este problema como una cuestión de salud pública, como se hace por ejemplo en Corea del Sur, y de que se impulsen acciones políticas, programas de intervención trabajando las distintas áreas de la persona y estrategias educativas. 

 

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