La filosofía de las medidas urbanísticas y ambientales que aprueba hoy el Pacto en el Parlament tienen dos objetivos claros. Por un lado restringir los usos residenciales y turísticos en suelo rústico y, por el otro, evitar zonas de urbanizaciones con grandes chalés en las afueras de los municipios. En el seno del Pacto se les llama zonas de mansiones que consumen mucho territorio. Quieren apostar por la rehabilitación y el suelo urbano existente.
En cuento a los usos residenciales y turísticos en suelo rústico se aplica una medida indirecta como es la limitación de las dimensiones y solo permitir una piscina por finca rústica. A partir de ahora las piscinas en el campo solo podrán tener unas dimensiones de 35 metros cuadrados y 60 metros cúbicos incluyendo lámina de agua e infraestructuras. Asimismo, el hecho de solo permitir una piscina por finca evitará desarrollarlas en extensiones agrícolas donde se pueden edificar varias casas pero están en la misma parcela y, por tanto, no podrán tener piscina. El Govern impulsa esta medida bajo el argumento de reducir el consumo de agua.