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«No entiendo internet, tuve que pagar a alguien para que me pidiera una cita previa»

Sylvie Paulette, 75 años, residente en Palma desde hace 55, denuncia exclusión por parte de la Administración cuando ha tenido que renovarse el pasaporte o pagar multas sin usar el ordenador

Sylvie Paulette posa para este diario en la plaza Progreso de Palma. M.E.V.

«Los trámites en la Administración son cada vez más complicados para las personas mayores que no acabamos de entender internet», denuncia a este diario Sylvie Paulette. «Yo estoy sola, mis hijos viven fuera, vienen en verano, y no me aclaro con el nuevo sistema de tramitarlo todo con el ordenador», confiesa esta francesa de 75 años que reside en Palma desde hace 55.

La situación más extrema la vivió recientemente. «Tuve que pagar a alguien para que viniera a casa y me pidiera una cita previa online para renovarme el pasaporte», relata. «Yo quiero tener todos los papeles en regla, pero es que parece que no te dejan», explica.

Sylvie trató de pedir cita para la renovación en el teléfono habilitado, «pero me salía un contestador y cuando parecía que me lo iban a coger para darme día y hora volvía a salir lo mismo del principio, una y otra vez, en bucle», señala. Desesperada, optó por pagar a una persona que da clases de informática para que le hiciera el trámite en su casa. «Mi ordenador es viejo. Finalmente esta persona me pudo pedir la cita, a mí me faltaba por introducir unos números raros que no entendía», cuenta.

Su otra pesadilla la vivió tratando de pagar una multa. «No me dejaron la notificación, sino un resguardo con el que tenía que ir a buscarla a una dirección. Cuando llegué allí la notificación ya no estaba porque resulta que habían pasado 15 días. La chica me dijo que no sabía dónde estaba mi multa, pero que fuera a San Fernando, pero allí tampoco lo sabían».

Sylvie llamó a Tráfico para pedir una cita previa. «Allí no sabían nada. Me dijeron que fuera al Ayuntamiento», refiere. «Y allí fui, pero me dijeron que no podían atenderme porque no tenía cita previa. Entonces les dije que sin saber usar ordenador no podía coger cita. Rompí a llorar. Entonces me atendió un señor muy amable en el primer piso y ya pude pagar la multa». Optó por ir al banco. «No me aclaro con la aplicación digital, lo paso muy mal».

«Yo lo que pido es que ayuden a la gente que no sabe emplear el ordenador. Me hablaron de un sitio en Gabriel Alomar que ayudan, pero no sé dónde es», cuenta.

Esta vecina de Palma relata que en Francia, en las bibliotecas, se ayuda a la gente mayor a usar los ordenadores. «No te sientes tan desamparado como aquí». Muestra un folleto de cursos del Ayuntamiento. «Son para adultos. Yo quiero apuntarme a informática. Hay un teléfono aquí. Llevo llamando desde hace cuatro días pero no contestan. Ya intenté otra vez apuntarme pero estaban completos. Es importante para la gente mayor esta formación. Pagando es difícil porque te piden que vayas a su casa. Pero después de la clase yo vuelvo a la mía con mi ordenador y mi impresora y no sé hacerlo funcionar. Es todo muy complicado».

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