El exjuez Manuel Penalva rompió este jueves su silencio para pronunciarse por primera vez sobre el caso Cursach, después de la absolución del magnate del ocio, aunque lo hizo de una forma muy limitada. Declaró ayer como testigo en un juicio que se celebró en un juzgado de Barcelona. Fue un juicio por un presunto delito de injurias denunciado por el exinspector de la Policía, Antonio Suárez, contra el que fue jefe de investigación del diario Público, Carlos Bayo, que realizó varios artículos sobre la trama policial y sobre el caso Cursach. Los hechos se refieren a una intervención que realizó Bayo en una radio de Barcelona en la que se refirió a la manipulación de testigos por parte del inspector de policía Antonio Suárez, que lo denunció . La fiscalía pide un año de prisión para el periodista, mientras que la acusación particular pide un año y medio.

En su declaración ante el tribunal, Penalva volvió a defender una vez más su actuación profesional durante el largo caso Cursach, afirmando que durante meses todos los investigadores, y varios de los testigos clave, vinieron sufriendo episodios de violencia y amenazas. «La investigación fue una película de terror». El exmagistrado cargó contra los dos inspectores de Policía, conocidos como ‘Los Juanes’, que atribuyen graves delitos cometidos durante la instrucción. El exjuez afirmó que podrá demostrar que los informes policiales «están repletos de falsedades».