Aurora Picornell es un símbolo de la represión franquista que ha cobrado todavía más realce después de que en octubre se identificaran sus restos exhumados de una fosa del cementerio de Son Coletes. Con la confirmación científica de unos hechos que ya se conocían gracias a la investigación histórica, hubo mucha emoción en la reivindicación de su memoria en dos actos que tuvieron lugar ayer en El Molinar, barrió en el que creció y en el que compartió militancia con las otras protagonistas de la jornada, las Roges del Molinar: Catalina Flaquer, las hermanas Antònia y Maria Pascual, y Belarmina González.

El Teatre del Mar vendió todas las entradas para presenciar un homenaje a las cinco mujeres, fusiladas por los franquistas el 5 de enero de 1937 y arrojadas a la misma fosa. «Es un acto de memoria y de justicia, y de poner en valor las luchas actuales. Lo dedicamos a quienes nunca las dejaron de buscar, que nunca las olvidaron y que han hecho posible que las hayamos encontrado», afirmó Neus Tur, que participó en el tributo con una conversación con el historiador David Ginard.

«Ellas nunca se definieron como feministas, como ninguna mujer de aquella época, pero una parte muy importante de su lucha fue por los derechos de las mujeres. Desarrollaron un activismo desde muy jóvenes, subvertiendo el rol tradicional de la mujeres de entonces», añadió Tur.

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Homenaje a Aurora Picornell en el Molinar Pere Joan Oliver

También se subieron al escenario del Teatre del Mar Lila Thomàs, miembro del Ateneu Aurora Picornell; Nicolau Escamilla y Jaume Servera, arqueólogos de Aranzadi (la empresa que han liderado las exhumaciones); Tomeu Tugores, escritor y miembro del Comitè de Son Coletes; y Toñi Fernández, activista del Molinar.

Por la mañana se celebró el ya consolidado homenaje a Picornell ante el busto que le recuerda en el Born del Molinar. Al acto acudió más público del habitual, teniendo en cuenta la relevancia de su reciente identificación. «No nos parece admisible que se hable de ellas como meras activistas, pasando por encima del hecho de que eran militantes comunistas y que fueron asesinadas precisamente por esta militancia», reivindicó Marta Antuño, del Col.lectiu Aurora Picornell.

Al reconocimiento acudieron activistas por la memoria y representantes políticos —solo de la izquierda—. Ofrecieron breves discursos miembros de Podemos, Més, el Partido Comunista, el Partido Comunista de los Trabajadores, Izquierda Unida y PSOE, representado entre otros por el alcalde Palma, José Hila. También asistió Maria Antònia Oliver, presidenta de Memòria de Mallorca, asociación que acaba de denunciar ante un juzgado crímenes de lesa humanidad en los asesinatos de las cinco mujeres.

«Presentamos denuncia siempre que se encuentra una víctima en una fosa. También lo hemos hecho en este caso, pero se archivan todas con un copia y pega de lo que dijo el Supremo en 2012 cuando condenó a las víctimas del franquismo a no poder presentar nunca un recurso a la justicia. Ojalá las víctimas del franquismo podamos recuperar la confianza en la justicia que hemos perdido», señaló Oliver.

También estuvo presente en el acto Miquel Tortella, sobrino nieto de Picornell. «Todavía no se ha determinado a dónde llevaremos los restos. La secretaría autonómica de Memoria Democrática quiere tener un espacio en el que descansen los restos de tantos asesinados», señaló. «Como siempre hemos dicho, no queremos que Aurora sea el patrimonio de la familia, sino del pueblo», subrayó.