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La crisis económica en Alemania y Reino Unido hace caer un 25% la compra de casas por extranjeros en Mallorca

Inmobiliarias y promotores señalan el frenazo en la demanda y la reducción de las nuevas residencias a causa de los costes de construcción

Mallorca afronta un descenso tanto de la demanda extranjera como de los nuevos proyectos. B.RAMON

Los problemas existentes en las economías alemana y británica, entre otros países del entorno, están teniendo ya su reflejo en el mercado inmobiliario de Mallorca. El presidente de la asociación balear inmobiliaria nacional e internacional (ABINI), Hans Lenz, señala que durante el último trimestre de 2022 se ha registrado una caída en la demanda de vivienda por parte de extranjeros de un 25% respecto al ejercicio anterior, un dato al que su homólogo en la asociación de promotores inmobiliarios de las islas (PROINBA), Luis Martín, añade el debilitamiento de la oferta que sale al mercado, al optar muchas empresas de este sector por paralizar proyectos que tenían en cartera a la espera de que desciendan los costes de la construcción.

En relación a esta pérdida de velocidad en el tramo final de 2022, se añade que el balance global del año por lo que al volumen de adquisiciones residenciales se refiere será similar al de 2021 debido a que la evolución de ambos ejercicios ha sido la inversa. Si este último se inició con una demanda debilitada por las restricciones que se mantenían debido a la pandemia, para dispararse en el segundo semestre una vez esas limitaciones a la movilidad fueron desapareciendo, 2022 comenzó con esa misma fuerza, para ir mostrando una evolución a la baja en el tramo final del ejercicio, según subraya Hans Lenz.

El presidente de ABINI pone de relieve que esta tendencia permite pronosticar un inicio de 2023 «flojo» por lo que a adquisiciones por parte de extranjeros se refiere, fruto de los problemas de economías como la alemana, a lo que se suma el contagio derivado del parón que se está registrando en la inversión inmobiliaria de esos países generada por las incertidumbres que se mantienen en relación a la crisis energética y la guerra en Ucrania.

En el caso británico, Hans Lenz añade un problema adicional, y es que Mallorca está perdiendo peso como alternativa para la adquisición de una residencia debido a la «potente» campaña desarrollada en Portugal para captar a la clientela del Reino Unido, a lo que se suma, dentro de España, el impulso que en este apartado mantiene la Costa del Sol.

Frenazo en la oferta

Luis Martín apunta también el «frenazo» que durante los últimos meses están presentando las ventas a extranjeros, pero añade un problema adicional, al señalar que a una demanda debilitada se está sumando una creciente paralización de la oferta, con proyectos para la edificación de nuevas residencias cuya ejecución se está aplazando. El motivo de este último hecho radica en que los costes que ha alcanzado la construcción, que se califican de «terribles», están obligando a los promotores inmobiliarios a actuar con muchísima más cautela.

El presidente de PROINBA suma otro factor que está demorando la puesta en marcha de algunas promociones, como la revisión de los planes generales de los dos municipios con mayor peso en la demanda, como son Palma y Calvià, lo que hace que los empresarios estén a la espera de que se clarifique la ordenación en ambas zonas.

Pero el encarecimiento en los costes de la construcción se apunta como el elemento clave, hasta el punto de que ha dejado también fuera de juego la posibilidad de desarrollar vivienda de protección oficial desde el sector privado, pese a que su precio máximo se revisó al alza recientemente, tras un acuerdo con el Govern balear, con el objetivo de reactivar la ejecución de este tipo de residencias. La subida de precio de los materiales ha alcanzado tal punto de que nuevo ha dejado de ser rentable la edificación de estas viviendas.

En cualquier caso, no se oculta que una gran parte de los proyectos residenciales que se están ejecutando en Mallorca en estos momentos tienen un precio de venta que hace que su clientela esté limitada a la población de alto poder adquisitivo, incluida la extranjera. El frenazo en las nuevas promociones se explica, como se ha indicado, debido a que el coste de su ejecución es tan alto que el temor a que baje la clientela procedente de otros países y el producto no encuentre compradores con la suficiente celeridad genera en las empresas una postura de extrema prudencia antes de embarcarse en una nueva edificación.

Luis Martín afirma que existe el convencimiento en el sector de que esos precios de los materiales terminarán descendiendo, lo que permitirá reactivar la actividad y llevarla hasta niveles de mayor normalidad, pero advierte también de que ese paso no se dará hasta que se clarifique algo más la situación económica generada por la guerra en Ucrania.

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