El máximo responsable de la Sindicatura de Cuentas, Joan Rosselló, criticó este jueves el déficit presupuestario del IB-Salut en 2020, «un clásico» repetido cada ejercicio, e indicó que la administración autonómica cerró con superávit el primer año de la covid porque no gastó todos los fondos estatales recibidos.

Rosselló presentó ayer al presidente del Parlament, Vicenç Thomàs, el informe fiscalización de las cuentas del Govern en 2020, que acabó con un superávit de 22 millones de euros, debido principalmente a los ingresos por aportaciones estatales extraordinarias para enfrentar la pandemia de coronavirus.

En el informe se recoge, explicó, que el Govern recibió 156 millones de euros para un programa específico de gastos extraordinarios contra la covid-19 de los que no ha justificado que se dedicaran a medidas frente al virus unos 25 millones de euros. «Estos 25 millones no han desaparecido», explicó. «De la cuantía que llega de fondos del Estado, se creó un programa para atender gastos covid y todo ese dinero se gastó, aunque nos consta que 25 millones no fueron para partidas específicamente de covid», añadió. No obstante, «seguramente se han gastado en Salud, al 100%», insistió.

Déficit de 200 millones

También en el ámbito de la sanidad, como viene haciendo sin consecuencias año tras año, la Sindicatura de Cuentas censuró un déficit de unos 200 millones de euros porque el IB-Salut presupuesta por debajo de su previsión de gasto real. «La Comunidad parte muchas veces de un presupuesto que no está ajustado a sus necesidades o hay nuevas; hacer previsiones en sanidad es relativamente complicado aunque es verdad que hay cosas que se pueden prever, hacer con un poco más de antelación y ajustar el gasto a los ingresos, pero en sanidad es difícil», reiteró.

Rosselló subrayó que 2020 es «un año un poco particular» desde el punto de vista presupuestario, porque «se tuvieron que mover muchas partidas para poder atender las necesidades», tanto las sanitarias como las del mantenimiento de las empresas y el empleo, para lo que se recibieron cuantiosos fondos estatales.

Asimismo, para afrontar la crisis de la covid se suspendieron las limitaciones de déficit y deuda que imponía el Gobierno a las Comunidades Autónomas, pese a lo cual, dados los recursos externos obtenidos, el ejercicio se cerró con superávit y reducción de la deuda, resaltó.

El síndico mayor aclaró que el informe no se refiere a contratos ni subvenciones, un análisis que se recoge en otro documento que está previsto que se apruebe la próxima semana. «Los relacionados con covid están en un informe que aprobaremos la semana que viene y pone de manifiesto determinadas incidencias», indicó.

Previsión para demandas

Otro apunte crítico del estudio del presupuesto de 2020, contó Rosselló en declaraciones a los periodistas, se refiere a las escasa previsión para hacer frente a posibles condenas por demandas judiciales por normas de protección territorial.

En 2019 el Govern tuvo que pagar indemnizaciones por valor de 280 millones de euros y provisionó para el año siguiente una partida de 9 millones, cuando las demandas en curso planteaban reclamaciones por valor de 490 millones.

Advertencia al Govern: «En algún momento Europa cerrará el grifo»

El máximo responsable de la Sindicatura de Cuentas de Balears, Joan Rosselló, alertó este jueves de la necesidad de que el Govern prevea con qué ingresos mantendrá el gasto cubierto ahora con las ayudas extraordinarias de la Unión Europea. «En algún momento Europa cerrará el grifo», avisó. Rosselló destacó que buena parte de los fondos estatales para afrontar la covid y de las ayudas del programa Next Generation recibidos por el archipiélago se han destinado a gasto corriente, el cual genera «una necesidad que se tiene que mantener en el futuro», subrayó el síndico mayor en declaraciones a los periodistas.