La gala de premios del Fomento del Turismo, celebrada este lunes en CaixaForum, estuvo marcada por las ausencias. La del presidente de la centenaria institución, Eduardo Gamero, atrapado en Londres por las inclemencias del tiempo y su afectación al transporte aéreo, y la de su expresidente Miquel Vicens, fallecido recientemente, y en cuya memoria se guardó un minuto de silencio.

La petición del pequeño homenaje a Vicens la hizo el vicepresidente, Bartolomé Servera, quien en su discurso, además de subrayar lo que suponen el Fomento y sus 117 años de recorrido —«la historia del turismo está escrita con y por el Fomento»—, también apuntó que «lamentablemente no todo el mundo entiende bien qué es este asunto y que lo tenemos que cuidar». «Nuestra alternativa económica tiene que seguir siendo el turismo», porque «nos ha dado lo que somos», afirmó, y aprovechó para felicitar a Isabel Vidal por su nombramiento como directora general de Turismo.

Otro momento de la gala de premios con los participantes en la noche de galardones. GUILLEM BOSCH

Una de las medallas de oro de la institución se entregó a Juan Vilanova Cifre, jefe de bar en el hotel Grupotel Molins, en reconocimiento a los trabajadores del sector. Se la entregó Margalida Ramis, vocal del Fomento. Otra fue a parar, a título póstumo, a Maria Fullana Puig, propietaria del hotel Ciudad Jardín. Su hija Gabriela Martorell la recogió de manos de Iago Negueruela. La tercera fue para Martí Xamena Toro, propietario el hotel Bon Sol, a quien se la entregó Servera.

Además se concedieron diplomas al hotel Cala Fornells en su 75 aniversario, al Nixe Palace, por los 65 años de su creación y los 25 de su reconversión acometida por la familia Santos, y a la reforma de la fachada de Ca’n Forteza-Rey, por su valiosa aportación a la conservación del patrimonio arquitectónico-cultural de Palma.

Tras la clausura del conseller Negueruela, la agrupación coral Ciutat de Mallorca cerró el acto con la interpretación de villancicos.