Las amenazas a la profesora de catalán de La Salle llegaron el viernes a la ONU por boca de Maria de Lluc Muñoz, técnica de internacional de Plataforma per la Llengua. Esta mallorquina puso el caso como ejemplo de delito de odio en su intervención ante el Fórum de las Minorías que se celebró en Ginebra. 

"Fui como miembro de la Plataforma en representación de la minoría de catalanoparlantes para denunciar los discursos de odio de los que son víctimas. Y los insultos y amenazas en redes sociales que sufrió la profesora me pareció un claro ejemplo de discurso de odio", ha explicado Muñoz en conversación con este diario. 

Durante su intervención señaló que las publicaciones en catalán en redes sociales "reciben comentarios de odio", y puso como ejemplo el caso de La Salle. "Esta semana, los medios de comunicación españoles y muchos usuarios de Internet apuntaron a una profesora de catalán que recibió numerosas amenazas de muerte y violación, publicando su imagen. Incluso hubo páginas web de noticias que justificaron este odio porque la profesora «escribía sus tuits en catalán», y explicando que esto significaba que odiaba a España", indicó la técnica de internacional de la Plataforma ante el relator especial de la ONU para las Minorías, Fernand de Varennes. 

Al margen de su intervención, Muñoz ha celebrado que la Fiscalía haya iniciado una investigación para esclarecer si la profesora ha sido víctima de un delito de odio, aunque ha lamentado que la legislación española "también contempla como delitos de odio contra minorías los insultos a grupos neonazis". 

Esta mallorquina espera que el relator tome nota de las reclamaciones contenidas en su intervención, pero adelanta que no puede actuar en casos específicos como el de La Salle. "En todo caso, si considerara que es un precedente que demuestra que los delitos de odio contra el catalán no se persiguen en el Estado español, puede reclamar al Gobierno que deje de ser así", concluye.

El conflicto estalló el pasado 25 de noviembre cuando la profesora de catalán, cumpliendo con las normas del centro, ordinó retirar una bandera española que un grupo de alumnos había colgado con motivo de la participación de España en el Mundial de Qatar. Los alumnos reaccionaron con protestas airadas y fueron expulsados de clase.

Apoyos

El padre de uno de los alumnos involucrados publicó el incidente en redes sociales, y poco tiempo después medios y cuentas de ultraderecha empezaron a proferir todo tipo de insultos y amenazas a la profesora, con el agravante de que en algunos casos difundieron su nombre y su foto.

El comité de empresa del colegio publicó al día siguiente un comunicado en el que expresaba un «asco nauseabundo» y lamentaba el «linchamiento mediático» que la docente había sufrido. «Nos genera un rechazo indescriptible que se hayan difundido fotografías para hacer de ella un blanco mediático», manifestaron los compañeros de la docente en el escrito.