Maria José Barceló, coordinadora médica del centro de salud de Santa Maria, desveló ayer que los pediatras de Atención Primaria ya han diagnosticado casos de diabetes tipo II, que normalmente suele aparecer entre los 50 y los 60 años, en niños menores de 14 años que asimismo padecen lo que ha sido denominada como la pandemia del siglo XXI: el sobrepeso y la obesidad. Según cifras facilitadas por IB-Salut, a al menos 833 pacientes pediátricos se les habría diagnosticado ya la enfermedad metabólica.
Con motivo del día mundial contra esta patología, el Servei de Salut reveló ayer que tiene diagnosticadas a 77.523 personas con diabetes mellitus en las islas de las que, desglosó, la mayoría (56,89 %) son hombres mientras que el 43,11 % restante son mujeres. De este grupo, 45.888 son mayores de 65 años, 30.802 tienen entre 14 y 65 años, mientras que los citados 833 restantes son menores de 14 años. Por islas, Mallorca registra 62.601 casos, Menorca 5.593, Eivissa 8.780 y en Formentera son 549. Unos 75.000 de ellos padecen la diabetes de tipo II mientras que el resto serían insulinodependientes y se estarían beneficiando de las nuevos avances tecnológicos para controlar la enfermedad: Unas 2.400 personas portan sensores en los brazos para poder leer a tiempo real los niveles de glucemia y otras 250 llevan bombas difusoras de la medicación.
La médica de familia que coordina el centro de Santa Maria señaló que de estos dos tipos de diabetes la más prevalente, la tipo II, está muy asociada a la obesidad o el sobrepeso. «El 90% de los pacientes con diabetes tipo II son obesos y aunque la patología suele debutar entre los 50 y los 60 años, cada vez se diagnostica de forma más precoz por el aumento del sedentarismo y la obesidad, que se ha convertido en una auténtica epidemia», subrayó.
La experta alerta de que en estos pacientes jóvenes con diabetes tipo II -que son insulinorresistentes y no dependientes como en otros diagnósticos tempranos de la enfermedad en la que se comporta como una patología autoinmune y precisa de un aporte externo de la insulina que el enfermo ya no genera-, la larga evolución de la enfermedad «puede provocar que claudique el páncreas (órgano que produce la insulina de manera natural) y necesite de un suplemento de insulina en el futuro».
La doctora Barceló recomendó a la población en general que pierda peso, que siga unos hábitos alimenticios saludables recurriendo a la dieta mediterránea y que realice ejercicio moderado de manera regula. «Estas medidas pueden evitar que desarrolle una diabetes de tipo II», aconsejó.
Y es que las complicaciones que puede traer esta enfermedad son muchas: afectación de los nervios periféricos, neuropatías y arteriopatías que pueden terminar con la amputación de una extremidad inferior; retinopatías que pueden desembocar en ceguera; insuficiencias renales severas que conduzcan a tratamientos de hemodiálisis o a una lista de espera para un trasplante de riñón o, a largo plazo, más papeletas para sufrir un infarto o un ictus, enumeró la experta concluyendo que el número de personas con diabetes «no parará de crecer si no abordamos el problema de la obesidad muy seriamente».
Desabastecimiento de fármacos
La endocrinóloga de Son Espases Mercedes Codina reveló ayer que en estos momentos habría un serio desabastecimiento de dos presentaciones de un fármaco que mejora las glucemias (nivel de azúcar en sangre) de los pacientes con diabetes tipo II antes y después de la ingesta de alimentos. «Les ayuda a controlar su peso porque les sacia el apetito, les hace comer menos, y también reduce su riesgo cardiovascular», detalló las ventajas de un fármaco que se inyecta una vez por semana y al que ya estarían buscando alternativas.
