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La farmacéutica Marta Rovira: «Los medicamentos no nos solucionan la vida»

«Los protectores gástricos, como los vende la industria, evitan que fabriquemos el ácido clorhídrico básico para absorber los nutrientes»

La farmacéutica Marta Rovira, revisando unos fármacos en el centro de salud de Pere Garau. Manu Mielniezuk

La farmacéutica Marta Rovira tiene su consulta en el centro de salud de Pere Garau y está cansada de informar a los pacientes a los que atiende telefónicamente desde la puesta en marcha del servicio de atención telefónica Infosalut Connecta (971 220 000) que no, que no les está llamando desde su farmacia de barrio, que lo hace desde el centro de salud para resolver sus dudas sobre los efectos o reacciones que le ha producido la toma de un nuevo medicamento.

«La mayoría de la gente desconoce que hay farmacéuticos que trabajan en los centros de salud y quiero aprovechar esta oportunidad para reparar esta injusticia y subrayar la labor que hacemos», comienza, combativa.

Cuando se le emplaza, un tanto amedrentado, a que explique cuáles son sus funciones, responde en primer lugar que gestionar todos los medicamentos que usa un centro de salud.

«Participamos en su adquisición, su gestión y su custodia. También formamos a los profesionales, a los médicos y a las enfermeras sobre los nuevos medicamentos que salen al mercado y las actualizaciones de las evidencias científicas que existen sobre los fármacos que ya se prescriben. Les facilitamos una información objetiva, ajenos por completo a cualquier tipo de presión por parte de la industria farmacéutica», subraya.

Estos profesionales de los fármacos también dan apoyo a los gerentes de los centros de salud sobre su uso así como en general de su utilización segura y racional.

Atención directa

Con respecto a esto último, Rovira detalla que si hasta ahora valoraban que los fármacos prescritos a un paciente estaban bien recetados revisando su historia clínica, sin tener contacto directo con él, desde la puesta en marcha de Infosalut Connecta también atienden sus dudas en este ámbito de manera telefónica.

El Servei de Salut revela que desde el pasado mes de abril, en el que comenzó el pilotaje de este nuevo servicio, hasta estos mismos días de noviembre, los farmacéuticos de Primaria han atendido telefónicamente 1.944 llamadas para resolver las dudas de los usuarios.

Y subrayan la importancia que la Gerencia de Atención Primaria (GAP) de Mallorca está dando a la progresiva incorporación de profesionales de esta categoría profesional a los centros de salud en el hecho de que si en 2015 contaban con siete profesionales con esta cualificación, hoy en día, con la reciente incorporación de dos trabajadores más, ya son dieciséis.

«Desde el pasado mes de septiembre estoy atendiendo una media de cinco llamadas telefónicas diarias», retoma el relato Marta Rovira, revelando que en la mayoría de ellas resuelve dudas de los pacientes sobre cómo deben tomar los fármacos recientemente prescritos, de la dosis que debe ingerir o si las cefaleas, náuseas o mareos que siente últimamente están provocados por la nueva medicación.

Rovira aprovecha la ocasión para recordar algo que por muchas veces dicho aún no está ni asimilado ni interiorizado por la población. «Hay que tomar los medicamentos con conciencia de que todos ellos tienen sus beneficios y sus riesgos, desde los que no precisan receta hasta los fitoterápicos porque las plantas también tienen principios activos con sus beneficios y riesgos», advierte.

¿Protectores gástricos?

«Los medicamentos no nos solucionan la vida», subraya esta profesional de los mismos. «Los mismos protectores gástricos que la industria vende con ese mensaje, evitan que nuestro estómago fabrique ácido clorhídrico fundamental para absorber los nutrientes de los alimentos y el hierro. Por eso la toma de estos protectores gástricos está detrás de muchas anemias», revela aconsejando tomarlos durante un máximo de ocho semanas y únicamente si padeces alguna patología aguda. «Y hay que dejarlo de tomar de manera progresiva para evitar su efecto rebote, la acidez», añade.

Esta profesional es consciente de que es difícil que cale su mensaje en una sociedad actual que reclama cada vez más tratamientos y más fármacos y en la que los pacientes salen de la consulta médica con la sensación de que no han sido bien atendidos si no les han prescrito algún medicamento.

«No se deben tomar dos o tres benzodiacepinas ni varios medicamentos para atenuar el dolor con diferentes mecanismos de acción. No digo que haya que vivir sufriendo, pero hay que asumir un nivel de dolor en el organismo porque el dolor cero no existe», concluye Marta Rovira dando su último consejo profesional: Combinar de una manera crónica la toma de un antiinflamatorio, con un diurético y un tratamiento para la tensión arterial puede llegar a provocar al paciente una insuficiencia renal aguda.

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