Nadie podía imaginar que una fotografía de Franco en el Puig Major podía dar tanto de sí. El arqueólogo Jaume Deyà sostiene que esa instantánea tomada en 1934 que ilustra al por entonces comandante general de Balears sentado junto a su mujer Carmen Polo sobre unas estructuras antiguas iba a ser la clave para confirmar el descubrimiento del yacimiento prehistórico más alto de Balears.

«Hace muchos años, el pintor Toni de Cúber, también aficionado a la arqueología, me contó que existía una fotografía de Franco sobre el Puig Major donde éste aparecía sentado sobre una pared que parecía muy antigua», relata el arqueólogo a este diario. Para iniciar la investigación, contactó entonces con Tramuntana XXI, que hizo las gestiones para comunicarse con la propiedad de la finca Son Torrella, en el costado meridional del Puig Major, desde donde partió la excursión del después caudillo. «Cuando vi esa primera foto, me percaté enseguida de esas estructuras prehistóricas sobre la cima. Entonces quería saber si había más imágenes de la visita al Puig Major y supe que Tomàs Vibot las tenía todas», cuenta. Fue entonces cuando ambos decidieron hacer una búsqueda conjunta para elaborar un artículo sobre el hallazgo del yacimiento y la excursión de Franco, cuyas conclusiones se presentaron el pasado viernes en las Jornades d’Estudis Locals de Sóller i Fornalutx.

Franco y Polo, durante la excursión en 1934. Archivo Familia Zayas/J.Deyà

Además de las instantáneas del dictador y caudillo (en 1934 aún no lo era) con Carmen Polo, el arqueólogo accedió gracias a una descendiente de los Zayas, Inmaculada, a otras fotografías de la parte más elevada de la montaña de mayor altura de Mallorca. «Hay una imagen de una misa celebrada allí en 1948. En esta foto en concreto [la tercera de este reportaje] se ven desde otra perspectiva los restos de esas estructuras rectangulares que coinciden con la técnica constructiva de la época prehistórica», señala. Esa foto le permitió a Deyà confirmar lo que ya mostraba la primera imagen de Franco en el pico de la montaña.

«Hice la comparación con la técnicas de las piedras empleadas en el santuario que hay a la izquierda de Almallutx y los dos que hay en el poblado en sí y coinciden. Por otra parte, encima de los dos santuarios de Almallutx hay como una plataforma que no sabíamos para qué se utilizaba. Es curioso, porque desde esta plataforma se puede ver perfectamente la cima del Puig Major, lo que me hizo pensar que todo este conjunto podría estar vinculado», relata el arqueólogo, uno de los investigadores principales del yacimiento ubicado en el Gorg Blau.

Misa celebrada en 1948. Archivo Familia Zayas/J. Deyà.

La hipótesis de Deyà es que debía tratarse de un complejo de santuarios vinculados. Una idea que viene reforzada por el hecho de que en el valle de la finca de Son Torrella no hay constancia de ningún yacimiento talayótico. Por lo que es posible que los pobladores de aquel momento de Almallutx considerasen desde el principio que la cima del Puig Major debía considerarse una zona sagrada.

El santuario sobre la cima del Puig Major, que sería el yacimiento prehistórico más alto de Balears, ya no existe porque se dinamitó en 1957, «cuando se hizo la base de los radares que instalaron los militares», concluye el arqueólogo.

ista del Puig Major y el Gorg Blau, donde se encuentra Almallutx. Archivo Familia Zayas/J.Deyà