Si usted es alguno de los 67.786 usuarios de la sanidad pública de esta comunidad autónoma que el pasado mes de septiembre (dato oficial de la evolución mensual de las listas de espera sanitaria) aguardaba una cita con el médico especialista, podrá recibir a partir de mediados de este mes una llamada para que acuda a una consulta de cualquiera de las clínicas privadas que trabajan en este archipiélago. En conjunto, el Servei de Salut prevé ejecutar un máximo de 900 derivaciones de sus pacientes ala privada cada mes.

Así lo revelaron hoy tres de los máximos directivos del Servei de Salut, su director general, Manuel Palomino, la directora asistencial, Eugènia Carandell, y el subdirector de Atención Hospitalaria y Salud Mental, Francesc Albertí, en una comparecencia pública para explicar la última fase de su plan de choque para reducir las interminables listas de espera generadas durante los dos años y medio en los que la sanidad pública ha estado casi exclusivamente centrada en la atención a la covid-19.

Una comparecencia en la que Carandell ha lamentado que durante la pandemia haya aumentado el porcentaje de pacientes que no comparecen en las consultas pese a estar citados. La directora asistencial reveló que de enero a septiembre de 2021, el 8,24% de las personas que tenían cita con el especialista no se presentaron, aunque más tarde su departamento indicó en un comunicado que este porcentaje, a lo largo de este año, se ha incrementado hasta el 9,38%.

Salud hizo un llamamiento a la población y solicitó su colaboración recordando que si una persona no puede acudir a una cita y la anula, permitirá que otro usuario se pueda beneficiar. Y Carandell avanzó que, «lo antes posible», realizarán cambios en el portal del paciente para facilitar a estos la anulación o la modificación de la cita para evitar que se pierda. 

Sin recursos propios

Volviendo a las listas de espera, a los comparecientes de no les ha quedado más remedio que reconocer que el hecho de tener que recurrir a los dispositivos asistenciales privados implicaba una admisión implícita de que con sus recursos propios no pueden reducirlas en la medida en la que quieren hacerlo.

Así, el director general ha admitido que recuperar en seis meses el retraso provocado por dos años y medio de pandemia y con un verano de por medio en el que los sanitarios han disfrutado de unas merecidas vacaciones, era una tarea imposible. No obstante interpretó que «se ha revertido la tardanza, estamos en la línea adecuada».

Palomino ha explicado que en primer lugar habían aumentado la actividad ordinaria de sus sanitarios; que después habían incrementado la actividad extraordinaria (realizada fuera de su horario laboral y remunerada como horas extras, más conocida como peonadas) para más tarde recurrir a derivar pacientes a los dos hospitales privados sin ánimo de lucro integrados en la red pública merced a un convenio especial (Sant Joan de Déu y Cruz Roja) y, por último, apelar a la potente red sanitaria privada de este archipiélago.

Francesc Albertí ha detallado que las derivaciones a la privada serán para consultas externas con el especialista, actividad asistencial que es la que acumula más retrasos, y añadió que serán completas, esto es, desde la primera visita a las sucesivas, pasando por la realización de las pruebas diagnósticas necesarias y el tratamiento hasta el alta y la devolución del paciente a Atención Primaria.

El subdirector de Atención Hospitalaria ha añadido que se derivarán usuarios a especialistas privados de Aparato Digestivo, Dermatología, Oftalmología, Traumatología y Cirugía Ortopédica y Otorrinolaringología, fundamentalmente.

Con respecto al acuerdo con la sanidad privada, el Servei ha recordado que se ha adjudicado un contrato de servicios -dividido en dos lotes- a los grupos Quirónsalud y Agrupación Médica Balear (en la que se hallarían el resto de actores del sector), por un valor global de 12,6 millones de euros anuales prorrogable por otro más por 27 millones de euros. 

Los adjudicatarios prestarán este servicio con el fin de reducir la presión asistencial y la demora de las listas de espera de los hospitales de Son Espases, Son Llàtzer, y comarcal de Inca, y atención sanitaria urgente a pacientes derivados desde el SAMU 061.