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Miguel Lázaro: «Gracias a que Simebal llevó al TS la jubilación forzosa y ganó»

El presidente del sindicato médico de Balears (Simebal), Miguel Lázaro, recordó la política de jubilación forzosa que llevó a cabo el Servei de Salut hasta hace muy poco tiempo y que condujo a no pocos de sus afiliados a acudir a sus servicios jurídicos para recurrir la denegación administrativa.

«Ahora todos ellos continúan porque el Simebal recurrió esta jubilación forzosa ante el Supremo (TS) y ganó», se ufanaba el líder sindical que no dudaba en asegurar a continuación que su sindicato «ha hecho más por la gestión pública de la sanidad de esta comunidad que el propio IB-Salut».

Buena parte de los varapalos judiciales que se llevó el Servei de Salut fueron argumentados por la carencia de un Plan de Ordenación de Recursos Humanos (PORH) que avalara la denegación para que el médico continuara con su actividad asistencial más allá de los 65. «Y aún sigue sin tenerlo. Y que una empresa con más de 17.000 trabajadores carezca de un plan para saber cuánta gente se va a jubilar y qué necesidades futuras de personal va a tener es, después de ocho años gobernando, para hacérselo mirar», recriminó.

Ahora, en el contexto de una alarmante falta de médicos, Lázaro admitió que ese elevado número de médicos que continúan obedece en parte a que prolongando su vida laboral perciben unos emolumentos notablemente superiores a la pensión máxima que cobrarán en caso de colgar la bata.

No obstante, el líder sindical concluyó advirtiendo de que la sanidad pública padece tres cánceres en la actualidad: el autoexilio por el que muchos médicos optan ante las mejores ofertas económicas y laborales de los países de nuestro entorno; la fuga de facultativos de la pública a la privada por el mismo motivo y el burn out galopante de los médicos jóvenes que han debutado en la profesión en un escenario tan exigente como esta pandemia de covid-19. «Y un médico totalmente quemado es mejor que se vaya, que deje la profesión, porque se convertirá en un cínico que tratará mal a sus pacientes», aconsejó.

«Si en su momento el Servei de Salut hubiera animado a la infantería médica a seguir más allá de su jubilación, ahora estaríamos hablando del doble de facultativos que continúan en sus puestos de trabajo», estimó Lázaro.

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