Los diferentes estudios y los datos que salen día tras día a la luz hacen cada vez más evidente la huella que el confinamiento por el coronavirus ha ido dejando en las personas. De todas ellas, los adolescentes han sido uno de los grupos de población más afectados, de hecho, según los expertos, los ingresos de menores por problemas de salud mental crecieron un 50% en Baleares, especialmente por trastornos de conducta alimentaria y riesgo de suicidio. Las altas hospitalarias pasaron de 189 en 2020 a 287 en 2021 y todo debido al aumento del uso de las nuevas tecnologías.

Así lo han explicado este viernes los diferentes profesionales que han participado en la jornada Adolescencia y tecnologías. Una mirada desde el bienestar emocional y la promoción de la salud mental, celebrada en el Parlament a cargo de Unicef. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia detectó con un estudio realizado en 2021 a 3.000 jóvenes de Baleares que uno de cada tres adolescentes hace un uso excesivo de internet y de las redes sociales, que un 4,5% de ellos pasan hasta treinta horas semanales frente a las pantallas, y que incluso uno de cada cuatro asegura haber sido víctima de ciberacoso. Todos estos "preocupantes" datos, que fueron presentados el pasado abril en el Club Diario de Mallorca, son los que llevaron a la organización a organizar esta jornada, según ha explicado Mercedes del Pozo, presidenta de Unicef en las islas.

"El excesivo uso que los jóvenes hacen de internet y de las redes sociales puede perjudicar a su rendimiento escolar, introducir cambios en sus relaciones con amigos y familiares, evitar que hagan deporte, lo que repercute en su salud física y que distorsionen su vida afectando a su salud mental", resumió ayer el presidente del Parlament, Vicenç Thomàs, que inauguró la jornada.

Todo ello ha derivado, como se explicaba anteriormente, en que los ingresos hospitalarios por problemas de salud mental entre los jóvenes se dispararon, llegando a saturar a las unidades dedicadas a tal fin. Pero, ¿a qué se debe? "La exposición a las nuevas tecnologías supone un cambio en el modelo de identidad de los más jóvenes, que intentan buscar en ellas quiénes son, cómo sentirse, y se suelen acoger al modelo que ven en las redes sociales o en las páginas web, lo que deriva en una insatisfacción con su cuerpo y falta de autoestima, y eso se traduce finalmente en restricciones alimentarias y conductas de riesgo vital", ha explicado María Isabel Florez, directora del Instituto Balear para la Salud Mental de la Infancia y la Adolescencia (IBSMIA).

Inmaculada Sureda, profesora del departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación, señaló como una de las claves de por qué el confinamiento ha llevado a esta situación, que las nuevas tecnologías han llegado a los jóvenes desde muy pequeños "y ese es uno de los grandes problemas, que llegamos tarde para poder solucionarlo bien", resaltó.

¿Cómo poner solución a esta problemática?

Para luchar contra esta problemática Margalida Serra, psicóloga sanitaria-jurídica y coordinadora parental del Colegio Oficial de Psicología de Baleares (COPIB), dio parte de la receta: lo más adecuado es informar del peligro de las redes sociales y de la mala utilización de las tecnologías, fomentar el espíritu crítico para que los adolescentes tomen conciencia de los peligros, explicarles que "esa foto tan fantástica que están viendo lleva un millón de filtros" para que no tengan problemas de autoestima, además de tener que establecerse un control parental de qué ven y cómo lo ven. también se debe, señala, fomentar otro tipo de actividades, ya que al practicar por ejemplo un deporte "ese rato no están mirando todo el rato el móvil", y, cómo no, los padres deben dar ejemplo de una buena conducta, "que las madres y padres no estén todo el día mirando el móvil tampoco".

Durante las diferentes mesas redondas que han tenido lugar este jueves, se explicaron también buenas prácticas que ya se están llevando a cabo en Baleares en relación a la prevención y al trabajo realizado sobre el abuso de las tecnologías en la adolescencia. Entre ellas destaca el trabajo que los alumnos mediadores y 'cibermentores' están llevando a cabo en los centros escolares. Emma, alumna del IES Son Rullan, y Mara y Noelia, estudiantes de 4º de ESO del IES Bendinat, explicaron su experiencia en sus centros escolares y apuntaron a su trabajo como mediadoras y cibermentoras como a una "gran ayuda" para los estudiantes, a los que en muchas ocasiones les resulta más fácil recurrir a su apoyo al considerarles como un igual.

Otra forma de luchar contra esta situación que se ha expuesto en las mesas redondas está representada en la figura del Policía Tutor. Rafel Covas, coordinador de este programa explicó la importancia de su papel y de que los estudiantes les conozcan, ya que con ello se consigue que les vean como alguien cercano al que recurrir cuando lo necesitan. "Nos tienen que conocer, porque si no no confían y no recurren a nosotros cuando necesitan ayuda", ha explicado.

Covas ha querido resaltar que en el curso 2020/2021, de las 1.280 sesiones que se realizaron a 26.000 alumnos de Baleares, la mitad estuvieron relacionadas con las nuevas tecnologías, "algo que deberíamos hacer más por su importancia", ha revelado.