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Los empresarios turísticos auguran una importante subida de precios y costes en 2023

Uno de cada dos patronos manifiestan su preocupación respecto a la próxima temporada - Alertan de que la actividad bajará un 12,5 por ciento

Cientos de turistas este verano en la playa de Palma. Manu Mielniezuk

Los empresarios turísticos prevén una subida del 11 por ciento en los precios y un aumento del 19 por ciento en los costes. Además, apuntan que la actividad bajará un 12,5%, según la última encuesta de Quaderns Gadeso. Los patronos se manifiestan con «plena incertidumbre» respecto al 2023.

El estudio detalla que, después de dos años de pandemia y una la temporada «muy positiva», la coyuntura actual y las previsiones de rentabilidad son negativas y están «extremadamente» marcadas por las dudas. La inflación será determinante por su implicación directa en la capacidad adquisitiva de los clientes y los costes turísticos. Por ello, expresa que afectará de forma especial en las empresas más pequeñas.

En referencia al aumento de los costes, una parte correspondería al incremento de las materias primas y los costes energéticos. Las ayudas a pymes y autónomos previstas por el Govern «pueden ayudar a mitigar este impacto y permitirán el mantenimiento de la actividad».

El 34 por ciento de los empresarios que se dedica al alojamiento turístico se muestra «inquieto e inseguro», una preocupación que se agudiza por el incremento de los precios de la electricidad que repercuten «directamente» en el transporte o la capacidad de gasto de los visitantes: «Resulta imposible buscar una rentabilidad basada únicamente en una temporada alta intensiva».

Las perspectivas de rentabilidad de las empresas de la oferta complementaria son ligeramente más negativas (-8%) respecto a las de alojamiento. En este caso, la actividad bajaría un 16 por ciento, los precios un 10% y los costes un 18%: «Es un sector mucho más sujeto a las fluctuaciones de la economía y la inflación, la competencia del todo incluido provoca que una parte de nuestros visitantes se limiten a consumir en los hoteles y contienen el gasto». Destacan que el encarecimientos de los precios de los materiales y la mano de obra constituye «un freno» a la posibilidad de abordar reformas en los hoteles.

Hay que recordar que Mallorca sigue con el cartel de abierto y alrededor de la mitad de la planta hotelera va a permanecer en activo en noviembre, si bien a partir de la segunda semana del mes que viene irán cerrando establecimientos. Aún así, la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), María Frontera, adelantaba hace unos días que un 25 % de los hoteles pretenden mantenerse operativos todo el año. Frontera constata que, como siempre, la continuidad de los establecimientos este invierno va a depender de la conectividad aérea y este 2022 sobre todo de la evolución del mercado alemán y su afectación por la coyuntura de crisis e inestabilidad.

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