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Los profesores detectaron 335 alumnos con riesgo de suicidio el curso pasado

El 70% de los casos eran chicas y un 40% fueron de riesgo alto

La mayoría de avisos por ideas suicidas llegan de los institutos, pero un 17% se detectó en Primaria. | DM

El curso pasado los profesores de las islas detectaron hasta 335 alumnos en riesgo de suicidio. La mayoría (un 70%) eran chicas. Un 40% fue de riesgo alto. La mayoría se dieron en Secundaria, pero un 17% de los casos fueron protagonizados por niños menores de 12 años.

Las cifras ponen de manifiesto hasta dónde llega la crisis de salud mental que azota a la población en general y a la juventud en particular.

El Institut per a la Convivència i l’Èxit Escolar (Convivèxit) constata que respecto al curso anterior se ha producido un aumento de conductas autolíticas entre los estudiantes. Así lo señala Aina Amengual, directora de Convivèxit, en el artículo que firma en el Anuari de l’Educació 2022.

«El deterioro del estado mental es una realidad influida por factores como el coronavirus, la guerra, la crisis socioeconómica, la crisis climática... que afectan a nuestros niños y jóvenes», dice Amengual, «factores que provocan ansiedad, tristeza, pérdida de ilusión... emociones que se pueden observar en el aula».

Los profesores comentan la falta de concentración y también falta de interés y «se respira desesperanza y ganas de no vivir», asegura el texto: «Hay jóvenes que así se expresan desde hace un tiempo, con manifestaciones como ‘no sé qué me pasa’; ‘no me gusta vivir’ o ‘no quiero estar aquí’» o directamente con conductas de riesgo, adicciones, ansiedad, depresión, autolesiones o ideaciones suicidas.

No hay una sola causa tras el aumento de las ideas suicidas, señala Amengual, quien recuerda que los centros educativos son espacios idóneos para crear un clima que favorezca que las personas «se sientan bien».

La mayoría de profesores, asegura la directora de Convivèxit, «ve los problemas, no los oculta y los afronta con estrategias». En este caso, los colegios e institutos «están jugando un papel muy activo en la prevención y primer abordaje de la conducta suicida». Desde marzo de 2011, Balears cuenta con el protocolo de actuación en caso de riesgo autolítico que marca los pasos a seguir.

Pero además de actuar cuando se detecta el problema (protegiendo, derivando a servicios sanitarios, acompañando en el proceso de vuelta a la rutina), y asumiendo que «no siempre todo está en manos de los docentes», las escuelas pueden ser «inhibidoras» del malestar que acaba derivando en este tipo de conductas.

Para ello, Convivèxit recomienda «el autocuidado» de los profesores y su capacitación en estas cuestiones, crear un clima de respeto, trabajar con las familias y apostar por una educación con un enfoque integral (sin descuidar las competencias relacionales y emocionales). «Ante situaciones graves se ha de transmitir que se puede salir», insiste la maestra y psicopedagoga: «Los centros educativos son espacios privilegiados sanadores».

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