Un miembro del Grup d’Actuació Preventiva (GAP) de la Policía Local de Palma contó este miércoles en el juicio que dos de sus mandos dieron órdenes a la unidad de establecer vigilancias «fijas» ante negocios de Cursach en la Playa de Palma. «Estábamos de plantón una hora y media delante del Megapark. No le encontraba mucho sentido, no era necesario», dijo el testigo, para añadir que estos controles estáticos «evitaban muchos problemas» al empresario y dejaban desatendidas otras zonas. Este agente señaló que esta directriz partió de los oficiales Tomás Mas y Carlos Tomás, ambos en el banquillo de los acusados. «Se decía en el cuartel que tenía protección del Partido Popular, pero era radio macuto», dijo al ser preguntado por los vínculos de estos mandos con José María Rodríguez y Álvaro Gijón. Mas está pendiente de juicio por el presunto amaño de unas oposiciones en la Policía Local cuando Gijón era teniente de alcalde.

El policía explicó que los controles fijos ante negocios como el Megapark fueron una de las novedades que implantaron Mas y Tomás cuando se hicieron cargo de las unidades GAP, que en verano prestaban servicio en s’Arenal. «Nos dedicábamos a patrullar, pero durante una temporada realizamos servicios de punto fijo. Estábamos una hora y media de plantón delante del Megapark. Desconozco el motivo. No le encontraba mucho sentido. Aunque son zonas de mucha afluencia, no creo que fuera necesario estar allí. Con hacer pasadas era más que suficiente», señaló.

Esta situación, que se repetía «varios días durante la semana», suponía a juicio del testigo un beneficio para el Grupo Cursach. «Lógicamente, si yo soy un empresario y tengo delante mi local a varios policías haciendo plantón, me evitaré muchos problemas», argumentó a preguntas del fiscal. Estas vigilancias fijas ante estos negocios provocaban que otras zonas quedaran desatendidas. «Es evidente que si estábamos allí una hora y pico, dejábamos de patrullar el resto de la zona del litoral de Palma», indicó. Una de las defensas intentó con sus preguntas dar una justificación a esta presencia fija ante el Megapark, sin éxito. «Desde allí es más difícil llegar al resto de puntos de s’Arenal», sentenció.  

El testigo afirmó que durante sus intervenciones en s’Arenal levantaban actas contra tiqueteros de diversos negocios por incumplimientos de la normativa, incluidos los del Grupo Curscach. «Dejábamos las actas en una bandeja del cuartel, esperando que se tramitaran. Pero no se sé si tramitaban», añadió. 

El fiscal preguntó por la supuesta relación de Tomás Mas y Carlos Tomás con los dirigentes del Partido Popular José María Rodríguez y Álvaro Gijón y si estos políticos protegían a determinados policías. «Se decía que eran afines al PP y tenían protección. Eran rumores, comentarios de radio macuto. Yo no puedo asegurar nada», señaló. 

La presidenta del tribunal cortó al testigo cuando el fiscal le preguntó si Tomás Mas «aprobó copiando», en relación a la supuesta filtración de los exámenes de la oposición con la que ascendió en el cuerpo. «Yo no lo sé», señaló el policía, antes de que la magistrada pusiera fin a esa cuestión porque ella misma será ponente en el juicio por esa causa judicial.

El testigo se despachó también contra el ex fiscal Miguel Ángel Subirán, a quien acusó de haber manipulado su declaración en la fase de instrucción. «Hay varias cosas de mi declaración que más que palabras mías eran del fiscal Subirán. Más que preguntarme, afirmaba él», detalló para puntualizar ahora que los revelos de otras unidades policiales a sus plantones ante el Megapark se producían «en ocasiones puntuales, como cuando había Mundial o Eurocopa».

En el mismo sentido, otros dos agentes de la Policía Local que declararon ayer denunciaron amenazas y coacciones de Subirán. «Me presionaba para que contestara lo que él quería. Me decía que iba a acabar detenido y que iba a llamar a la regidora para que me suspendieran de empleo y sueldo», señaló uno de ellos, que afirmó que el fiscal «tenía mucho interés» en que incriminara a determinados compañeros. «Más que miedo, siento violencia o impotencia. Subirán implantaba en mi declaración lo que él decía», narró el otro. 

Estos testigos se desdijeron así de sus declaraciones en la fase de instrucción, donde señalaron que algunos locales en los que realizaban labores de seguridad y vigilancia recibían chivatazos de las inspecciones. Los tres agentes de la Policía Local de Palma que declararon hoy admitieron haber realizado estos trabajos en negocios, algunos de Cursach. «Estaba mal, pero era habitual» hacerlo entre policías y guardias civiles.