Ante un jurado popular se ha iniciado este lunes por la mañana en la Audiencia de Palma el juicio contra Antonio Cortés Cortés, que está acusado de matar a su mujer, madre de sus cuatro hijos, después de que la mujer le anunciara la ruptura sentimental. El acusado ha confesado los hechos, está dispuesto a cumplir 20 años de prisión por asesinato, pero pretende que el tribunal acepte que la disputa mortal la inició la mujer.

Estos hechos ocurrieron en Palma el día 4 de noviembre del año 2020, en el asentamiento ilegal de El Hoyo, entre las barriadas del Secar de la Real y Establiments.

La mujer, Remedios Cortés Cortés, que además de pareja del acusado era su prima, había decidido abandonar el domicilio familiar y marcharse a casa de sus padres junto a sus hijos. Poco antes de las nueve de la noche quedó citada con el acusado. El motivo era hablar de la separación, pero sobre todo de la situación de los niños.

La fiscalía, que reclama una condena de 25 años de prisión por asesinato, mantiene que el acusado tenía sospechas de que Remedios había iniciado una relación con otro hombre. El acusado lo niega, pero si es cierto que ha reconocido que descubrió un papel, con un número de teléfono anotado, dentro del libro de familia. Llamó al teléfono y descubrió que no lo tenía anotado en su agenda. Al grabar el número, descubrió por la foto del WhatsApp que correspondía a un joven que conocía a Remedios. Dijo que le extrañó porque controlaba todos los números anotados en la agenda del teléfono de su expareja. Por ello, le preguntó a la mujer por este varón y “ella se enfureció mucho y se marchó de casa”.

El acusado, a preguntas del fiscal, ha reconocido que “la relación estaba rota”. De allí que no “me importaba que se viera con otro hombre”. Explicó que el día de los hechos fue ella quien le llamó por teléfono y se citaron por la noche. Se acercó con su coche al domicilio de sus suegros, donde recogió a Remedios. Antes de acudir a la cita “estuve bebiendo cervezas con mis compañeros. No me acuerdo de qué hablamos, pero ella se puso muy agresiva y empezó a golpearme”. Mantiene que fue ella quien le atacó con un destornillador que llevaba en la guantera, y que su reacción fue golpearle. “Creía que estaba muerta”. Levantó a la mujer inconsciente y la introdujo en el maletero del coche. Después inició la marcha del vehículo pero, según su versión, la mujer logró salir del maletero y empezó a golpearle, provocando que el coche se estrellara contra una pare.

La acusación ha intentado desmontar esta versión, asegurando que el acusado, al darse cuenta que Remedios había logrado salir del maletero, empezó a golpearle contra una pared y acto seguido le propinó un fuerte golpe en la cabeza con una piedra. La víctima falleció como consecuencia de una fractura craneal.

A continuación el acusado reconoció que desnudó a la mujer, “pero no se porque lo hice porque estaba muy asustado” y arrastró el cadáver, dejando el cuerpo escondido en un torrente. También se deshizo de sus pertenencias. Desde el lugar de la agresión hasta donde apareció el cadáver había una distancia de unos 300 metros.

Antonio Cortés se marchó del lugar. Acudió a casa de un hermano y confesó el crimen. Manifestó que tenía algunas lagunas de como se desarrollaron los hechos, ya que había fumado porros y había consumido cocaína. Sus familiares le aconsejaron que se entregara. Avisó a la Policía y confesó el crimen.

El acusado niega que actuara por celos y que no era cierto que mató a la mujer porque decidió abandonarle. “No podíamos vivir juntos, siempre nos peleábamos. Es incierto que no aceptaba la ruptura, porque no quería saber nada de ella”.

Además de la fiscalía en este juicio con jurado popular, presidido por el juez Jaime Tártalo, actúa como acusación la comunidad autónoma y el abogado David Salvá, que representa a la familia de Remedios Cortés. La pena máxima que solicita es de 32 años de prisión. El abogado defensor Julio Romero acepta los hechos, pide que el jurado le reconozca una serie de atenuantes y acepta una pena de 20 años de prisión.

Familiares de Remedios Cortés se han concentrado esta mañana a las puertas de la Audiencia de Palma y han expresados gritos de “asesino” cuando han trasladado al acusado al juicio. Los familiares exigen que se aplique la prisión permanente revisable. “Queremos que se pudra en la cárcel porque ha dejado a cuatro niños pequeños sin madre”.