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El alquiler turístico encara octubre con alta ocupación

Las previsiones apuntan a alcanzar el volumen de la prepandemia con un 65% y ha cerrado el verano con un 87 % - El sector acusa falta de apoyo para contribuir a la desestacionalización

La patronal de las viviendas vacacionales ya mira noviembre como el mes que bajará su actividad con la caída de la conectividad. | B.RAMON

Mallorca sigue con el cartel de abierta al turismo y el alquiler turístico encara un octubre con buenas previsiones que apuntan a alcanzar un 65% de ocupación en las viviendas vacacionales. El sector celebra el panorama después de haber cerrado una temporada alta en la que han alcanzado los parámetros de la precrisis.

«Va a ser un mes bueno», asevera la gerente de la patronal Habtur, Maria Gibert, a sabiendas de que con la llegada de noviembre y la bajada de la conectividad aérea se reducirá también el volumen de su clientela.

Los asociados a Habtur han cerrado el verano con una ocupación que ha rondado entre el 85 y el 87 % de las viviendas vacacionales en Mallorca.

A los mercados tradicionales de la isla, el alemán y el británico se une el buen comportamiento que ha experimentado el francés. Los turistas del país galo abrazaron la isla con la irrupción de la pandemia, cuando triunfaron los desplazamientos más cortos en vehículos privados. Y ese boom del turismo francés se ha mantenido al alza gracias a la conexión marítima. La travesía de Corsica Ferries que une el país galo con Alcúdia, además de Menorca, ha tenido un elevado impacto sobre todo en la zona norte de Mallorca, explica Gibert.

También desde la Federación de Estancias Turísticas Vacacionales su presidente, Jordi Cerdó, constata la reactivación. De media entre Semana Santa y este mes de octubre rondarán un 78% de ocupación. «Nos hemos recuperado después de un 2020 feo y un 2021 con un 35% de ocupación», asegura.

Y los agroturismos seguirán este mes activos. El presidente de la Asociación Balear de Agroturismos y Turismo Interior, Miguel Artigues, estima entre un 55-60% de ocupación en una coyuntura en la que siguen las reservas de última hora y tras un verano con sus establecimientos al 100%.

De cara a 2023, más allá de las reservas de «los repetidores, nadie puede decir qué pasará», dice Cerdó. «Es impredecible», acota Gibert: «Nadie esperaba en mayo que tendríamos esta temporada». Hay que recordar cómo el azote de la covid-19 con la variante ómicron retrasó el inicio de la temporada, además de que acechaba la incertidumbre por la invasión rusa de Ucrania.

Sobre el debate reabierto este verano ante la masificación, la gerente de Habtur opina que «el árbol no nos deja ver el bosque» porque la presión humana se restringe a julio y agosto. «Se tendría que reducir esos dos meses. Las administraciones hablan de desestacionalizar y el vacacional tendría ese efecto, pero no nos están dando apoyo para el reparto de los flujos turísticos», critica. «Lo primero que hay que garantizar es la conectividad en temporada baja», reivindica.

Por su parte, Cerdó rechaza que su sector sea «el culpable» de la masificación. «Ya no hay coches de alquiler y en Palma siguen los atascos», aduce.

El incremento de la ecotasa que defienden Més y Podemos para 2023 no es más que «un anuncio electoralista para los suyos», opina Gibert. Recuerda que su sector fue el único que no se opuso al ITS, y descarta la idoneidad de ese planteamiento tras dos años de pandemia.

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