La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la obesidad como una pandemia, y lo cierto es que esta pandemia silenciosa, entendida generalmente por todos como un problema de voluntad, no es otra cosa que «una enfermedad crónica terrible causante de grandes sufrimientos», como así la definieron este viernes expertos en Endocrinología de Balears, reunidos en las Obesity Talks, unas jornadas centradas en el abordaje multidisciplinar de una problemática que «mata anualmente a millones de personas».

Disfrutar de una dieta equilibrada y hacer ejercicio se han entendido siempre como las claves para combatir el sobrepeso. Sin embargo, no es lo único que hay que tener en cuenta, de hecho falta lo más importante: la motivación psicológica y sobre todo un tratamiento médico adecuado.

«No estamos hablando de algo tan simplista como ‘está obeso porque come mucho y corre poco», señaló la doctora Catalina Núñez. Según apuntó, la realidad es que en el mapa de la obesidad «hay múltiples factores que actúan para que una persona tenga sobrepeso o no». En este sentido, explicó que nuestra salud depende de diversos factores, algunos sobre los cuales no podemos intervenir, como por ejemplo la edad o el sexo, y otros como el estilo de vida individual o las condiciones de vida y trabajo sobre los que se podría actuar para dar un correcto tratamiento a la persona afectada.

En este sentido, señaló que la obesidad está asociada a ciertos hábitos o aspectos, como «al 40% del alumnado que va en coche o en autobús al colegio», al bajo porcentaje de consumo de fruta y verdura, al sedentarismo en el trabajo o «incluso al bajo nivel de estudios». A pesar de las investigaciones existentes sobre la materia, Núñez quiso dejar claro que los obstáculos para poner freno a esta enfermedad son todavía innumerables. «No puede ser que exista tan baja percepción del riesgo de la obesidad como problema de salud, hay que intervenir en esto», sentenció la especialista.

En esta idea coincidió el doctor Jorge Blanco, internista, especialista en Nutrición y Metabolismo de Nutriclinic, quien con su ponencia puso sobre la mesa la gravedad de la situación, dado que «la obesidad es una enfermedad que no ha sido todavía reconocida por las autoridades sanitarias». Explicó que mientras no sea así, los médicos «no diagnosticaremos correctamente y por lo tanto no podremos curar al paciente», ya que la clave es ofrecer un tratamiento que pueda aliviarle.

Un problema multidisciplinar

Otro aspecto que destacó Blanco fue que la obesidad es un problema multidisciplinar, es decir, que genera otras complicaciones que deberían implicar que multitud de áreas terapéuticas, no solo la Endocrinología, tuvieran que trabajar en equipo.

La obesidad, por lo tanto, puede generar otras enfermedades, como por ejemplo la diabetes, y ello supone una severa reducción de calidad y expectativa de vida. «Si queremos cambiar el paradigma de la obesidad, una enfermedad que crea otras enfermedades, debemos empezar a reconocerla como tal en cualquier nivel de la sanidad pública», denunció el especialista, que abundó que esta realidad «limita el acceso de los pacientes a terapias que podrían ayudarles». Así, considera que cuando ese momento llegue «todo cambiará y se podrá ofrecer un tratamiento adecuado».

Grandes costes económicos

Para concienciar al público presente en las jornadas, celebradas en el Hotel Meliá Palma Marina, Jorge Blanco quiso incidir en la idea de que la obesidad, «impulsada por un modelo económico excesivo», afecta a tanta población que genera grandes costes económicos.

Para visibilizar aún más la problemática existente, la voz de los pacientes también estuvo presente durante las Obesity Talks con la presencia de Victoria Buiza, presidenta de la asociación de pacientes AB Híspalis, quien dejó ver que los retos son mayúsculos. «No hay ese sentimiento de que el paciente con obesidad es un enfermo, incluso muchas personas van apuradas a las consultas porque tampoco lo sienten así», relató.

Buiza explicó cómo desde la asociación se hace todo lo posible por que la obesidad «sea tratada como una enfermedad crónica», se acompaña a los pacientes en todas las etapas y se trata de hacer campañas para que todas las entidades posibles «visibilicen que esta enfermedad está alcanzando cotas muy altas». Todas ellas acciones claves para mejorar el tratamiento de esta problemática.

La presidenta de AB Híspalis criticó que lleva trece años «oyendo hablar de prevención», lo cual, puntualizó, «está muy bien, pero además de ello hay que trabajar todavía más y cambiar algunos aspectos», señaló.

Buiza describió algunos de los problemas con los que se encuentran los afectados cuando, por ejemplo, quieren ir a la consulta del médico y se cohíben porque para pesarse tienen que hacerlo en la cocina porque no hay una báscula adecuada. Explicó incluso que había estado con pacientes que pensaron «que al operarse ya estaría, cuando para nada es así».

Finalmente, pidió a los médicos allí presentes lo que todos los ponentes: que el facultativo reconozca la obesidad como enfermedad para que «el paciente no salga destruido de la consulta al pensar que la hipertensión o la diabetes son culpa suya. Eso es muy duro», dijo.

La doctora Mercedes Noval, endocrinóloga en el Hospital Son Espases, y el doctor Lluís Masmiquel, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Son Llàtzer, moderaron las ponencias, que fueron inauguradas por la consellera de Salud, Patricia Gómez.