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Margalida Solivellas: «Hemos tenido la suerte de vivir los mejores años del periodismo»

Margalida Solivellas (Selva, 1957) ha revalidado su condición de referente no solo periodístico de Mallorca, al jubilarse después de 36 años al frente de la delegación de TV3 en Balears en medio del reconocimiento profesional y social. Se inició en este diario, con etapas en Radio Balear y TVE

MARGALIDA SOLIVELLAS. B.RAMON

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Ya tiene mono del periodismo?»

Ninguno, este verano he disfrutado de unas vacaciones largas para estar preparada, he diseñado una hoja de ruta y además están siendo días muy intensos.

«Seguirán pasando muchas cosas y otros las explicarán».

Es así, nadie tiene el monopolio de la información y el mundo no se para. Los directos nunca me han gustado, y quise hacer una última crónica que no fuera rutinaria.

El anuncio de su jubilación desató miles de comentarios, ¿sospechaba el cariño masivo?

No, en absoluto. Cuando vi cifras en redes por encima de los diez mil, decidí no seguir mirando. Me superaba lo que estaba ocurriendo.

¿Ha sido la Gran Dama de TV3 en Mallorca?

Las damas hemos sido más de una, y ni siquiera creo que tenga que haberlas, porque el periodismo consiste en que todos opinen y digan lo que piensan. Simplemente, soy una persona que ha estado apareciendo mucho tiempo en pantalla.

Y que en más de un momento ha ejercido de árbitra o mujer de consenso del periodismo balear.

Sucede que me encontraba en un espacio muy cómodo y con una gran libertad. No estaba en Cataluña, trabajaba lejos de la sede de TV3, y tampoco para el Govern de aquí era tan importante aquel territorio.

¿Se hubiera quedado por un cargo en IB3?

No. Hubo un momento en que podría haber cogido una dirección adjunta, pero un ángel de la guardia me aconsejó que no lo aceptara. Me hubiera arrepentido para siempre, hubiera perdido los mejores años de mi vida.

Usted es progresista.

Jajaja. Sí, creo que sí. ¿Por qué te ríes? He trabajado con todos los Governs que ha habido, y nunca me han repudiado aunque con unos ha habido más dificultades que con otros.

Peor todavía, usted es una progresista no decepcionada.

Estoy decepcionada en muchas cosas, no de trabajo sino en la esfera personal. Veo la política con distanciamiento pero siempre he sido muy crítica, los elogios y alabanzas me cuestan.

Nacimos a esta profesión al mismo tiempo.

Tú hacías baloncesto, yo estaba en diferentes secciones. Tomeu Garcias fue nuestro padre en lo periodístico, no sé si fuimos buenos hijos.

Hemos vivido el auge y caída del periodismo.

Sí, hemos tenido la suerte de vivir los mejores años del periodismo. El futuro contará con otro diferente, y me duele que las expectativas no sean esperanzadoras.

TV3 fue bastante independentista.

Los medios están obligados a sumarse a la vorágine informativa, que en Cataluña fue el procés durante seis años. Salvando las distancias, tampoco en Mallorca podías sustraerte al movimiento docente de las camisetas verdes.

Sufrió represalias anticatalanistas.

Tuvimos pintadas en el coche de la tele, nos dejaban letreros. Había mucha tensión y dos posturas extremas, pero aquello acabó, y no volvió a repetirse lo que tampoco había ocurrido antes. En ningún momento utilizamos un coche camuflado, siempre nos hemos sentido muy bien acogidos.

Agradecemos su esfuerzo en TV3, pero Catalunya tampoco nos entiende.

No demasiado, tienen asignaturas pendientes. Cuesta a veces romper con los tópicos del turismo o el sol y playa, conservan un toque paternalista.

Cuando Vox ocupe la conselleria de Cultura, bloqueará la transmisión de TV3.

Espero que en caso de que llegue un pacto PP/Vox, la presidenta Marga Prohens tenga la sensibilidad suficiente para saber lo que ha de hacer.

¿Por qué nunca migró a un gabinete de prensa o un cargo político?

Porque no sirvo para estar en un gabinete de prensa. Hubiera durado quince días, no sé hacerlo. Sin despreciar a quienes desempeñan estas funciones, no me hubiera sentido cómoda.

Tal vez somos un poco culpables de la situación actual de Mallorca.

Hemos puesto nuestro grano de arena en positivo y, aunque podríamos habernos mojado más y ser menos acomodados, nuestra ayuda no cambiará las cosas si los demás no quieren. No estaba en nuestras manos.

Cerró con «Així és la vida».

He sufrido pérdidas, he tenido suerte en lo profesional pero no tanto en lo personal, por lo que he aprendido que has de tomar las cosas como vienen y vivir lo mejor posible. El trabajo está hecho, hasta aquí llegamos, se ha acabado. Me voy.

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