«Sí, la alimentación con dietas basadas en plantas son una tendencia en la actualidad asimilándose a la dieta mediterránea que, a diferencia de las primeras, sí ocasiona un menor impacto en el medio ambiente y son más beneficiosas para la salud», comienza Manuel Moñino, presidente del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Balears (CODNIB).

Moñino confirma que cada vez más jóvenes y mujeres se decantan por seguir estas dietas sin tener ninguna justificación para ello. «Se alimentan con bebidas vegetales y hamburguesas de legumbres, por poner algún ejemplo, que no son otra cosa que alimentos ultraprocesados ricos en grasa, en energía, en sal y en azúcares añadidos en lugar de optar por frutas y verduras frescas y de temporada. No es lo mismo comerse un plato de lentejas que una hamburguesa de lentejas», diferencia este acérrimo defensor de la dieta mediterránea.

Moñino, como cualquier persona que haga la compra, comprueba cómo cada vez más estanterías de los supermercados están copadas por alimentos sin gluten, sin lactosa o aptos para veganos. «Hay una tendencia general a excluir el gluten, la lactosa o a seguir una dieta vegetariana. Hay una estadística que ha revelado que el 24% de los australianos ha decidido eliminar el gluten de su alimentación cuando, a nivel mundial , tan solo es celíaca el 1,5% de la población», revela el presidente de los nutricionistas baleares.

Y sostiene que esta tendencia no es saludable contrariamente a lo que piensan los profanos porque «si una persona que no es celíaca excluye el gluten, su dieta inevitablemente se incrementará en grasas saturadas y azúcares porque si no comes pan habrás de consumir unos alimentos sustitutivos que añaden grasas hidrogenadas».

De la misma manera, Moñino desaconseja excluir la lactosa de tu alimentación diaria porque tendrás una ingesta inadecuada de calcio y de vitamina D. «Si una persona que era omnívora decide hacerse vegano (consumir solo vegetales excluyendo incluso los lácteos y los huevos) y lo hace sin asesorarse por un profesional, previsiblemente acabará con un déficit de hierro y de vitamina B-12», alerta.

Por ello, aconseja que antes de decantarse por opciones más radicales, sigan una dieta flexitariana que se aproxima más a la ideal dieta mediterránea en la que la base de la alimentación es vegetariana aunque ocasionalmente, una o dos veces al mes, te permitas comer un buen filete de carne magra.