Terraferida daba la alerta este fin de semana recordando la progresión del incremento de las plazas turísticas en Mallorca en pleno debate de la masificación turística vivida este verano: «Un nuevo récord: 411.000 plazas» en 2022 . La organización subraya que es hora de parar, con un gráfico en el que muestra la evolución desde 1950 del crecimiento turístico en la isla. Las plazas casi se han duplicado desde el año 2000, cuando en la isla se contabilizaban 264.774. El año pasado se alcanzaron ya 410.573 y este 2022, en el año de la moratoria, han seguido subiendo.
Como destaca Jaume Adrover desde Terraferida, la organización que se rebela contra el modelo urbanístico depredador y defiende la conservación del territorio hace un exhaustivo seguimiento de la evolución de las plazas turísticas de acuerdo a los datos oficiales del Govern.
Más allá del boom que se produjo con el desarrollo turístico de los años sesenta y su eclosión en la década siguiente, en pleno siglo XXI ha continuado un crecimiento desmesurado, a pesar de las llamadas de atención a los peligros del turismo masivo. Llamativa sobremanera es la explosión del alquiler turístico en las dos últimas décadas, cuando la actividad de alojamiento en pisos y viviendas vacacionales se ha popularizado: se ha pasado de apenas 4.000 plazas en 2000 a más de 103.000 el año pasado. Se han multiplicado por 25.
En el caso de las plazas hoteleras, en 2000 había 260.856, y en 2021, 307.443 plazas, lo que supone que en dos décadas se han sumado 46.830. De ahí que las cifras den la razón al sector hotelero, que culpa al alquiler vacacional de un crecimiento desmesurado que además de competir con su actividad es al que achacan la masificación y saturación en los picos vacacionales en la isla. Eso sin tener en cuenta la oferta ilegal en viviendas turísticas. Como publicó este diario, el Consell de Mallorca cuenta con solo quince inspectores en la isla heredados del Govern (tras el traspaso de las competencias del ordenamiento turístico, el pasado enero, a la institución que preside Catalina Cladera) para controlar todas la plazas turísticas y la oferta ilegal, que según se señala se ha disparado ahora en la forma de cesión de casas a amigos y familiares para sortear los controles.
La serie analizada por Terraferida desmenuza la evolución de las plazas en la isla desde el año 2000. Atendiendo a los colores de los gobiernos que ocupaban el Consolat, en el primer gobierno del Pacto liderado por Francesc Antich, hasta 2003 las plazas hoteleras crecieron en 17.366. Bajo el PP de Jaume Matas, hasta 2007 se crearon 8.675 plazas hoteleras. En el segundo gobierno de Antich se dieron de alta 6.948 plazas hoteleras hasta 2011. Con el expopular José Ramón Bauzá, 3.810 plazas hoteleras hasta 2015. Y bajo el liderazgo de la presidenta Francina Armengol y los gobiernos del Pacto se han creado 16.224 plazas en hoteles hasta 2021.
En el caso de las viviendas turísticas, entre 2000 y 2003 con Antich, se sumaron 5.136 plazas de alquiler; con Matas, hasta 2007, 5.889 plazas; en la segunda legislatura de Antich, 5.960 hasta 2011; con Bauzá, 20.667, hasta 2015, y con Armengol en el Consolat, hasta el año pasado se han incrementado en 65.191 las plazas de alquiler vacacional.
Más de 30.000
Las plazas hoteleras cuando más se incrementaron fue en el año 2017. De golpe se crearon 9.721 plazas, alcanzándose en total las 302.936. El otro gran crecimiento se produjo a inicios de la década, en 2000, con 6.436 nuevas plazas.
La subida más desmesurada de las plazas de alquiler turístico fue la de 2017, se regularizaron 30.859, y el año antes, 21.883 plazas.
Por contra el año pasado, con la pandemia, las nuevas plazas hoteleras sumaron 1.616 y las de alquiler turístico, 389.
