CineCiutat acogió ayer la jornada de debate Dones, Periodisme i Memòria Democràtica, con la participación de las periodistas Ana Pardo Vera, Elena Ballestero, Natalia Junquera, Maria Llull, Marisa Goñi y como moderadora la también periodista y directora de IB3 Ràdio Maitane Moreno.

La finalidad del acto fue la reflexión sobre cómo muchos testimonios de la memoria histórica han llegado a ser escuchados gracias a los relatos de mujeres que fueron testigo de lo ocurrido durante la dictadura y, a su vez, la importancia del papel del periodismo para darle una continuidad a sus historias y darlas a conocer. Organizado por la dirección general de Memoria Democrática de la conselleria de Transición Energética, responsabilidad de Juan Pedro Yllanes, presente en el acto, la mesa redonda se llevó a cabo para conmemorar el asesinato del periodista Julius Fucik.

«Como periodista, he tenido la oportunidad de escuchar por primera vez los relatos de supervivientes de la dictadura, aquellos que no se habían atrevido a contar antes. A veces por miedo, otras por vergüenza, e incluso en ocasiones para proteger a sus seres queridos de ese dolor que les había acompañado toda la vida», confesó la periodista de El País Natalia Junquera.

También se hizo especial hincapié en la figura de las fosas comunes y en el hecho de que muchos ciudadanos, a día de hoy, aún desconocen el lugar donde descansan los cuerpos de sus seres queridos. La subdirectora del Ara Balears Maria Llull expresó que «muchas de las historias que hoy en día conocemos son porque las contaron mujeres, pero si no se encuentran los huesos de sus familiares, son palabras que se lleva el viento».

Elena Ballestero, de Última Hora, recordó los casos de Balears: «La fosa de Porreres sacó las vergüenzas que se habían tapado durante ochenta años», denunció, a lo que añadió que «es imprescindible el papel del periodista de tomar nota de aquello que cuentan las fuentes orales, que con el tiempo van desapareciendo».

Ana Pardo de Vera, de Público, añadió a lo que dijo Ballestero: «Una de las responsabilidades de nuestra profesión es agitar la memoria histórica para que los hechos del pasado no vuelvan a ocurrir en un futuro». Además, la directora de Diario de Mallorca, Marisa Goñi, defendió que «el periodismo debe recobrar el pasado para fundamentar una sociedad democrática». Y señaló que es «una anomalía» que para estudiar restos romanos haya tanta facilidad, «pero para las fosas haya tantas complicaciones».

«No puedo ser siempre neutral u objetiva, porque soy antifascista», declaró Llull, a lo que Pardo contestó que ella no podía hacer «un discurso antifascista», pero sí debía dar a conocer lo sucedido si un fascista llevó a cabo un asesinato.

Junquera expuso la mejora de la situación que supondrá la nueva ley de Memoria Histórica: «El Estado asumirá de manera directa la tarea de búsqueda, localización e identificación de las víctimas», hecho que hasta ahora «corría a cargo de las familias, con pequeñas subvenciones». Aunque también condenó una situación de retroceso: «Es una anomalía que en España aún exista una fundación que haga apología del franquismo».