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La inflación hace mella en el Banco de Alimentos de Mallorca: se repartirán 500 toneladas menos de comida

Se espera que a partir de septiembre aumenten considerablemente las familias que demandan ayuda. Las donaciones caen un 70%

La crisis energética y la inflación agravan el problema del banco de alimentos. DM

La crisis energética y la inflación han puesto a prueba al Banco de Alimentos de Mallorca (BAM), que se ha visto afectado de forma directa por el contexto actual. La institución ha registrado una disminución de las donaciones recibidas tanto por parte de particulares como de entidades. De la misma forma, ha habido un incremento de la demanda de ayudas por parte de familias y personas que han sufrido una pérdida importante en su poder adquisitivo.

Menos donaciones

«Las donaciones económicas de particulares han disminuido más de un 70%», comenta Genoveva Fontenla, tesorera del BAM. Añade que «en la actualidad, la fuente principal de donaciones son las instituciones que colaboran con la entidad». Por otro lado, el presidente del Banco de Alimentos de Mallorca, Ramón Montis, asegura que aún siguen subsistiendo gracias a las subvenciones del Govern: «En años anteriores, recibíamos donativos de empresas, pero este año algunas han reducido sus ofrecimientos a la mitad y, en otros casos, no hemos recibido ninguno».

Además, durante la campaña 'Ningún hogar sin alimentos', impulsada este año por CaixaBank, han recaudado un 50% menos de alimentos de los que se obtuvieron en la misma campaña del año pasado. Montis calcula que el año pasado recibieron unas 2.000 toneladas de alimentos a repartir entre los diferentes intermediarios dedicados a hacer entrega de los víveres a los beneficiarios, dato que contrasta con el que esperan para finales de 2022: «Se intuye que a finales de este año habremos recibido, aproximadamente, 500 toneladas menos».

La inflación agrava el problema

A la delicada situación de falta de recursos se ha añadido la subida de los precios de los alimentos. Montis detalla que «el año pasado, con 1.000 euros, comprábamos hasta 1.020 litros de aceite. Ahora, con la misma cantidad, aspiramos como máximo a comprar 300 litros». En este sentido, asegura que «si este hecho se suma al incremento de los costes de energía y al mantenimiento de las infraestructuras, tanto de los almacenes como de los vehículos, así como la distribución, el funcionamiento del Banco de Alimentos de Mallorca se convierte básicamente en intentar sobrevivir».

Más familias necesitadas

El aumento generalizado de los precios y la pérdida de poder adquisitivo de una gran parte de la población ha generado una subida del número de familias demandantes de ayudas para obtener alimentos: «El perfil que solicitaba ayudas antes estaba muy marcado, pero desde 2020 cada vez son más las personas que vienen por primera vez». Así, añade Montis, se ha producido un incremento a partir del pasado mes de junio, e intuye que la subida será «constante» a partir de este mes.

El presidente del BAM prevé que las complicaciones de los últimos meses «se notarán mucho más en un futuro», por lo que se muestra «preocupado» por la situación del próximo invierno, y presiente que a partir de septiembre la situación económica de las familias en riesgo de exclusión será aún peor: «Ahora empiezan los colegios y los precios siguen en aumento, además habrá familias que tendrán que comprar material escolar. Será una situación complicada para muchas personas», declara.

Asimismo, Montis insiste en que «cuando existen situaciones económicas complicadas, siempre lo acaba pagando la gente más necesitada», aunque transmite su agradecimiento a todos los ciudadanos de Mallorca que participan en este proyecto y permiten que salga adelante pese a la situación tan complicada: «En momentos difíciles siempre encontramos apoyo en la sociedad mallorquina».

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