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Solo seis de cada diez edificios de Mallorca están preparados para hacer frente al ahorro energético

De las 12.850 edificaciones que cuentan con un certificado de eficiencia, únicamente 7.634 (59,4%) obtienen un resultado positivo - Las empresas piden más ayudas para mejorar las infraestructuras

Uno de los escaparates de Palma que debe apagar las luces a partir de las 22 horas por el decreto de eficiencia energética. EP

El Decreto Ley de medidas de sostenibilidad, ahorro y eficiencia energética aprobado por el Gobierno hace unas semanas se vio eclipsado por el debate político, principalmente por las críticas recibidas por parte de la oposición e, incluso, el anuncio de presentación de un recurso de inconstitucionalidad. Aunque la realidad es que, según los datos del portal de transparencia del Govern, solo el 59,4 por ciento de los edificios de Mallorca obtienen el aprobado en el certificado de eficiencia energética.

La calificación de eficiencia energética es el resultado del cálculo del consumo de energía necesaria para satisfacer la demanda energética del edificio en condiciones normales de funcionamiento y de ocupación. Se lleva a cabo una clasificación de los edificios dentro de una escala de siete letras, donde la letra G corresponde al edificio menos eficiente y la letra A al edificio más eficiente según el consumo de energía y las emisiones de CO2 comparadas con un edificio base de similar tipología y localización.

Para obtener el aprobado, las edificaciones deben conseguir las calificaciones A, B, C o D. A partir de esta última, los edificios se consideran suspendidos en eficiencia. En el caso de la isla, la calificación queda de la siguiente manera: 408 edificios reciben la letra A; 1.254, la letra B; 3.190, la C; 2.782, la D; 1.821, la F; 1.369, la G; y 2026, la E. Esto significa que de las 12.850 edificaciones que cuentan con un certificado de eficiencia, solo 7.634 aprueban. El resto, 5.216, suspenden.

Excepciones a la obligatoriedad

Algunos edificios quedan excluidos de la obligatoriedad del certificado. Estos son los monumentos protegidos oficialmente para formar parte de un entorno declarado o por su particular valor arquitectónico o histórico, cuando el cumplimiento de las exigencias del Decreto pudiera alterar de forma inaceptable su carácter o aspecto; los edificios o unidades de edificios utilizados exclusivamente como lugares de culto y para actividades religiosas; las construcciones provisionales con un plazo previsto de utilización igual o inferior a dos años; los edificios industriales, de la defensa y agrícolas, en la parte destinada a no residencial; unidades de edificios aislados con una superficie útil total inferior a 50 m², y por último los edificios que se compren para reformas importantes o para su derribo.

Un ejemplo de avance en este sentido está en el Plan General de Palma. El director general de Urbanismo, Biel Horrach, explicó a este diario que se llevarán a cabo proyectos como la mejora del aislamiento térmico de ciertos edificios, que los nuevos edificios ya han de instalar placas solares o un catálogo de materiales de construcción sostenibles que debería usarse en un 15% en toda obra nueva. Señalaba también que la introducción de más verde, como el Canòdrom o la extensión del Parc de ses Vies hasta el Torrent Gros, permitirá, cuando llueva, que la red de pluviales no vaya tan cargada, «con lo que se evitarán vertidos en el mar».

Rehabilitación energética

Desde el Govern se decidió, a raíz de las conversaciones con comerciantes y patronales, pedir al Gobierno central más ayudas al con el fin de poder subvencionar a los comercios de Baleares para que pudieran adaptarse y mejoren su eficiencia energética. En este sentido, el Ejecutivo de Pedro Sánchez tiene activado una línea de ayudas que va en este sentido, sobre todo para rehabilitación energética en edificios del sector terciario, por el cual las Islas deben recibir 1,4 millones de euros. Sin embargo, los empresarios trasladaron hace una semana al Govern que esta cantidad era «insuficiente», por lo que el Ejecutivo balear ha reclamado que la partida económica final ascienda hasta los 3,1 millones.

Baleares cuenta con recursos específicos de los fondos europeos para avanzar en la transición energética. Por ello, el vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes, anunció que el sector empresarial podía optar a ayudas para hacer frente a la implementación de energías renovables (5,6 millones de euros); el ahorro y la eficiencia energética (2,9 millones), y la movilidad eléctrica (9,3 millones).

«Todas las empresas, desde las más grandes a las pequeñas, deben contribuir a reducir emisiones, pero también las queremos ayudar a hacer inversiones que reducirán su factura eléctrica que supone entre un 20 y un 30 % de sus gastos», destaca Yllanes.

Pese a que el decreto ya ha entrado en vigor, los comerciantes de la isla siguen reclamando que haya una mayor seguridad jurídica ya que la aplicación de la nueva normativa aún tiene que ir adaptándose. Además, gran parte de las críticas al decreto han venido de algunas comunidades que han exigido tener «más en cuenta» las especificidades de cada región. 

«La arquitectura tradicional siempre ha tenido muy presente la eficiencia energética»

El arquitecto mallorquín Jaime Oliver del despacho OHLAB explica que en sus proyectos aplica un estándar de eficiencia energética conocido como passivhaus. «Si lo cumples, tienes garantizado un consumo de menos de 14 kwh por metro cuadrado al año», refiere. Lo que supone un gran ahorro si se compara con las viviendas que han venido construyéndose en las últimas décadas, que superan los 100. «Se tiene que tener en cuenta que en la vivienda el sol entre en invierno para aportar calor y que no entre en verano para no sobrecalentar», señala Oliver. «También es importante no tener grandes ventanas en la orientación norte y es importante tener en cuenta cómo es el recorrido del sol a lo largo del año», apunta. «Son cuestiones que la arquitectura tradicional ya tenía muy presentes», comenta, «pero a mediados del siglo XX las energías se abarataron y se abandonaron los preceptos de siempre». 

Un buen aislamiento térmico, construir con calidad para conseguir la estanqueidad de las estancias o que la ventilación en invierno sea con recuperador de calor son otros factores que mejoran la eficiencia energética de una casa. «Así incluso conseguimos que se pueda alcanzar un consumo cero», resalta el arquitecto. «Incluso se puede alcanzar un consumo positivo, es decir, que sobre energía gracias a las placas solares». También es importante usar durante la construcción materiales que generen el menos CO2 posible.

Jaime Oliver y Paloma Hernaiz (OHLAB) son autores del primer edificio pasivo más alto de la isla, el proyecto ubicado en Passeig Mallorca número 15, en Palma. 

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