En febrero de 2021, después de que Mallorca enfrentara el primer invierno sin temporada turística el verano anterior por el estallido de la pandemia de la covid, en el Levante de la isla surgía SOS Turismo. Aquel “movimiento social y empresarial” que nació “de la reivindicación transversal de todos los implicados en la cadena de valor turístico de las Islas Baleares” contaba con el respaldo de las patronales turísticas y asociaciones que reclamaban a través de las redes sociales un rescate y agilizar la campaña de vacunación para salvar al sector. En el verano 2022 han cambiado las tornas: la campaña ha revivido enfocada en salvar a los residentes. Terraferida reclama con el eslogan SOS Residentes que se ponga un techo a la actividad por la masificación que provoca, si no “estamos acabados”, advierten.

En la cuenta de la organización se lanza un mensaje claro, no se pondría en solfa al turismo este verano “si no comportara esa masificación que está sobrepasando todos los límites naturales y humanos”, denuncia Terraferida. “Podemos discutir la cantidad, cómo y dónde, pero si no somos capaces de acordar un techo, estamos acabados”, añaden en su cuenta de Twitter. El mensaje se está viralizando utilizando el logotipo que apoyando a la actividad turística llenó la isla de pancartas en los hoteles con aquel SOS Turismo.

También en Instagram circula el logo inicial de los hoteleros transmutado en “SOS gent d’aquí. Volem estar bé a canostra”, que en apenas seis horas acumula más de 4.000 me gusta.

Las críticas contra la saturación turística se están acrecentando este verano y más este mes de agosto. A mediados de semana Palma arrojaba una estampa de ciudad intransitable por el colapso de su centro histórico al que acudieron los turistas en uno de eso días nublados con lluvia débil que alejó a los visitantes del litoral mallorquín.

También en los pueblos de la Serra de Tramuntana sus residentes se sienten asfixiados por la excesiva afluencia de turistas que hacen intransitables las carreteras y dificultan el día a día de los lugareños y el acceso a sus residencias.

Igualmente la cuenta de la Plataforma contra la ampliación del aeropuerto de Palma vuelve a denunciar el colapso de los cielos por el incremento del tráfico aéreo hacia Mallorca que ya está superando en número de vuelos al verano récord de 2019. Y esta misma semana la Plataforma contra los Megacruceros denunciaba que también la llegada de buques está in crescendo. Los residentes de la isla reclaman ordenar y limitar la actividad turística en otra temporada en la que Mallorca está a rebosar en un territorio de recursos finitos.