El Pi celebrará su sexto congreso el próximo 8 de octubre con muchas heridas que cerrar y con grandes necesidades de visibilidad para que los ciudadanos conozcan el proyecto. Las sucesivas crisis y salidas que ha sufrido el partido en los últimos meses dejó a los regionalistas en una situación muy complicada. Por ello, afrontan lo que queda de legislatura con la intención de «modernizar y abrir» el partido.

El presidente, Tolo Gili, admite que ha sido un año «complicado» porque han estado sumidos en luchas «más personales que políticas». Insiste en que ya se han superado y ahora toca «unirnos más» para poder llegar a toda la gente que no conoce su proyecto político.

El congreso extraordinario servirá para reformar «profundamente» los estatutos y modernizar las estructuras para evitar que «un grupo de personas puedan bloquear e incluso casi extinguir un partido». Además, se harán cambios internos y buscarán perfiles nuevos para renovar los cuadros: «Sabemos que no somos perfectos, pero hemos demostrado que cuando tenemos responsabilidad de gobierno, lo sabemos hacer y la gente confía en nosotros».

En cuanto a la estrategia política, Gili relata que están «cansados» de la política de bloques de PSOE y PP o de que «nos digan con quién tenemos que pactar». Denuncia que se está produciendo una «expropiación de nuestra casa» y aboga por «defender lo de aquí y luchar contra la sobrepoblación».

Por su parte, la líder de El Pi en el Consell de Mallorca, Xisca Mora, sostiene que tienen una «oportunidad histórica» para marcar las políticas del próximo Govern, y critica que después de cuarenta años de democracia y gobiernos bipartidistas «seguimos sin gestión de los puertos y aeropuertos, sin policía propia, sin una financiación justa y sin poder decidir sobre nuestros chiringuitos».

Preguntado por la decisión de la actual diputada Lina Pons de abandonar la política, Gili explica que habló con ella y esta le trasladó su intención de cambiar de rumbo: «Me hubiera gustado que siguiera. Se tiene que respetar su decisión, pero tiene las puertas abiertas».

Los próximos meses son clave para las aspiraciones de El Pi después de una crisis tan profunda. Desde el partido insisten en que trabajarán «a pie de calle» para que todos los ciudadanos conozcan que existe una «alternativa arraigada en la tierra que defiende los intereses de Balears».