El Govern balear ha ordenado a los usuarios y personal de limpieza de los edificios de la comunidad autónoma (CAIB) y el sector público instrumental que apaguen las luces y la climatización en horario no laboral y durante las ausencias del lugar de trabajo, por ejemplo, para salir a merendar.

La Dirección General de Energía y Cambio Climático ha enviado este viernes la instrucción para reducir el consumo energético y mejorar la eficiencia de sus instalaciones con el objetivo de ahorrar entre un 15 y un 25% de energía, ha informado la Vicepresidencia y Consejería de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática en un comunicado.

Esa instrucción ya estaba preparada con anterioridad, desde "hace semanas", pero se ha adaptado a las medidas de ahorro establecidas por el Gobierno central esta semana, con el Real Decreto-ley 14/2022.

Entre las medidas a adoptar las hay de mantenimiento de las instalaciones fotovoltaicas en servicio, control de la iluminación y de la climatización de las instalaciones, control de la gestión y funcionamiento de los equipos ofimáticos, reducción de consumos indirectos de energía y recursos naturales, e impulso de la movilidad sostenible.

Sobre las 66 instalaciones fotovoltaicas en servicio en la administración autonómica, con una potencia total de 4.131 kW, la instrucción determina su mantenimiento para garantizar el correcto funcionamiento y que mantengan los beneficios de ahorro energético, económico y ambiental que suponen.

En cuanto a las instalaciones de iluminación, la instrucción apunta que deben revisarse de forma periódica y que los usuarios y al personal de limpieza tienen que apagarlas en horario no laboral y durante las ausencias para visitas externas o durante el tiempo de merendar.

El alumbrado de edificios públicos se deberá mantener apagado desde las 22 horas, si estos edificios se encuentran desocupados a dicha hora. Las luces de dependencias no ocupadas de forma permanente como almacenes y pasillos, deben permanecer apagadas.

En cuanto a la climatización (donde se utilicen energías convencionales), la instrucción establece una limitación de la temperatura del aire para edificios de uso administrativo y pública concurrencia: en recintos calefactados no pueden superarse los 19 °C y en los refrigerados no será inferior de 27 °C.

En dependencias no ocupadas de forma permanente como almacenes y pasillos, podrán permanecer paradas o, cuando no sea posible, con temperaturas de consigna menos exigentes que las zonas con ocupación permanente. Según la Conselleria, se estima que una variación de 1 °C genera un ahorro aproximado de un 7 % en climatización.

Los sistemas de climatización deben parar en horario no laboral y durante las ausencias en el lugar de trabajo si se trata de equipos individuales o si la dependencia queda totalmente desocupada.

Para mejorar la eficiencia energética, la Dirección General de Energía y Cambio Climático está elaborando un plan de sustitución de luminarias convencionales por otras más eficientes tipo LED en todas las dependencias de la administración autonómica, algo que se calcula que puede suponer un ahorro cercano al 60 % respecto a las de tipo fluorescente y superior en el caso de las de tipo incandescente.

Además, los centros de la administración autonómica y su sector público instrumental con consumo energético anual igual o superior a los 5 GWh deben designar al menos una persona con formación universitaria en materia de energía dedicada, en exclusiva, a la gestión energética de los respectivos suministros e instalaciones.

Los suministros con un consumo energético anual superior a los 10 GWh deben disponer al menos de una persona con titulación de formación profesional en materia de energía, dedicada a su gestión energética.

Los consellers tienen 10 días para comunicar a la Dirección General de Energía y Cambio Climático quienes han sido designados como gestores energéticos locales.

El vicepresidente Yllanes ha asegurado que estas medidas "se alienan totalmente con las aprobadas por el Gobierno", con la intención de reducir el consumo energético, tanto por la situación de crisis energética debida a la guerra en Ucrania, pero también "es esencial para lograr los objetivos climáticos".

El director general de Energía y Cambio Climático, Pep Malagrava, ha destacado que las medidas buscan reducir el consumo energético hasta en un 25 % "sin perder confort".

"Las administraciones públicas, como grandes consumidores, debemos dar ejemplo y ser los primeros en ejecutar esta reducción de consumo, por conciencia climática y para demostrar que podemos vivir y trabajar igual de bien con menos", ha defendido.

Según Malagrava, una de las medidas clave es "la vigilancia por parte de todos los centros de coste de la CAIB que harán que cualquier desvío en el consumo se corrija de inmediato".