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LLETRA MENUDA

Una alerta sanitaria escamada

Existe una notable diferencia entre afrontar una sucesión de contagios de buenas a primeras o hacerlo tras dos años largos de pandemia todavía coleante y con un enorme lastre de secuelas y heridas. Por eso mismo conviene separar la guasa a la que invita el apelativo del simio, del tratamiento sanitario y social de la viruela del mono. No son monerías, es una alerta justificada para una sociedad escamada a la que un día se le dijo que «aquí no está ni se espera el coronavirus». 

Nunca hubo pronóstico tan errático, en consecuencia, la prevención obliga a ser cautos frente a la última edición de la viruela. Además, la propia sucesión de contagios remite invariablemente a la comparación con la covid-19, salvando las peculiaridades de cada enfermedad. 

Se esperaban pocos casos, pero en la última semana han aumentado un 31% con un efecto poblacional que deja a Mallorca como la isla con mayor número de inafectados.

Si la viruela del mono emprendiera el rumbo de la domesticación, el IB-Salut hubiera podido prescindir de la decisión de tomar las muestras de casos sospechosos en los centros de salud a partir del lunes. Hasta ahora, Microbiología de Son Espases tenía la exclusiva en Mallorca. La medida, aparte de ser una invitación a tomarse la alerta sanitaria en serio, facilita el servicio a la población. Era incongruente forzar el traslado a Palma para tomar las muestras. 

La mayor facilidad incrementará la demanda y ojalá proliferen los resultados negativos pero, dado que todos andamos escamados con las secuelas del coronavirus, resulta sensato admitir que toda prevención es poca y que una nueva epidemia aconseja pecar por exceso antes que por defecto.

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