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La patronal PIMEM aplaza hasta septiembre la expulsión de Pimeco

Los presidentes de ambas organizaciones comieron juntos la semana pasada aunque sin acuerdo

Jordi Mora, presidente de PIMEM. MANU MIELNIEZUK

La federación de la pequeña y mediana empresa de Mallorca (PIMEM) ha optado por aplazar hasta la reunión de su comité ejecutivo que se celebrará en septiembre cualquier decisión vinculada con la expulsión de la que fuera su asociación de comercio, Pimeco, según han confirmado fuentes de la primera Los presidentes de ambas organizaciones, Jordi Mora y Antoni Fuster respectivamente, comieron juntos durante la semana pasada, aunque sin lograr llegar a un acuerdo, pero se espera que haya más contactos durante este mes.

La estrategia de PIMEM pasa por intentar que la expulsión de Pimeco, aprobada el mes pasado por la asamblea de la citada federación, termine aplicándose de mutuo acuerdo, de ahí que se mantenga la comunicación abierta entre ambas partes. Para ello, se dispone de un plazo inicial que no concluirá hasta mediados del mes que viene. El día 12 de septiembre está prevista la reunión de comité ejecutivo de la federación, en la que debe de debatirse qué medida se aplica finalmente ante esa asociación de comercio. Hay que recordar que la federación ha decidido apostar por Pimem-Comerç como su nueva sectorial, optando por la salida de Pimeco.

Dado que Antoni Fuster alega que no se respetó el reglamento de PIMEM en la forma en la que su asamblea aprobó la expulsión, desde esta última se baraja incluso la posibilidad de convocar tras el verano una nueva asamblea extraordinaria con un único punto en el orden del día, como es el de la salida de Pimeco.

Antoni Fuster, presidente de Pimeco. | M. MIELNIEZUK

En está ocasión sí se invitaría a Fuster y se le daría la oportunidad de intervenir, dado que se da como seguro que el resultado sería el mismo, es decir, una mayoría aplastante a favor de echar a la citada asociación de comercio.

Pero fuentes de dicha federación aseguran que esta fórmula se contempla como un último recurso, y se reconoce que es preferible intentar que la separación se produzca sin tensión, evitando así el duro debate iniciado entre ambas partes durante las pasadas semanas, al considerar que eso solo perjudica a las dos partes al manchar su imagen.

Es en este contexto que la semana pasada comieron juntos Jordi Mora y Antoni Fuster, este último acompañado de su asesor legal, en un encuentro que se prolongó por espacio de unas dos horas. En cualquier caso, fuentes de la citada asociación de comerciantes apuntan que no se produjeron avances significativos, aunque se mantienen abiertos los cauces de diálogo.

La primera reivindicación de Pimeco es que Mora reconozca públicamente que esta organización nunca ha debido ninguna cantidad económica a PIMEM y que nunca incurrió en morosidad.

Pero también está sobre la mesa la posibilidad de que se negocie la representatividad de cada una de las dos partes, especialmente en la mesa del convenio colectivo del sector, de la que también forman parte los sindicatos. Hay que recordar que las patronales disponen de 15 representantes, de los que diez están en manos de Afedeco (la organización de comercio de la patronal CAEB, claramente mayoritaria), tres corresponden a Pimeco, uno a los comerciantes de Menorca y otro a los de las Pitiüses.

L a pretensión de Pimeco es ceder como máximo una de estas sillas a Pimem-Comerç, pero sin ocultar que se considera absurdo que este sector esté dividido en Mallorca en tres organizaciones empresariales, al considerar que de esta forma lo único que se logra es debilitarlo.

En este sentido, desde PIMEM se insiste en que desde la asociación que preside Antoni Fuster no se están poniendo fáciles las cosas para conseguir que la separación sea amistosa, mientras que desde esta última se esgrime que el hecho de que se plantee una posible asamblea extraordinaria en la federación demuestra que la primera se desarrollo de forma incorrecta.

Los 22.000 euros anuales que agravan la brecha existente entre las dos patronales

Los motivos económicos están muy vinculados a las tensiones que se están viviendo entre la federación de la pequeña y mediana empresa de la isla (PIMEM) y la que fuera y asociación de comercio Pimeco, pero no solo por una cuestión de cuotas, sino que se suma el acceso a los fondos públicos.

En este sentido, se reconoce que las organizaciones empresariales tienen un número limitado de asociados que realmente paguen sus cuotas, de ahí que su viabilidad económica dependa en muchos casos de otros ingresos.

El Govern subvenciona a las patronales y sindicatos que negocian el convenio colectivo de comercio. En estos momentos, y por este motivo, Afedeco (la sectorial de CAEB) está recibiendo algo más de 40.000 euros anuales por sus diez puestos en la citada mesa del convenio, mientras que Pimeco obtiene unos 22.000 euros por disponer de tres representantes. Las patronales de Menorca y de las Pitiüses cuentan con una silla cada una. Pero ahora PIMEM aspira a estar presente también a través de Pimem-Comerç, su nueva sectorial, accediendo así a esa financiación pública.

Una solución es que las organizaciones empresariales tengan que poner de nuevo sobre la mesa los datos sobre sus afiliados al corriente en el pago de las cuotas, «pero si abrimos el melón de la representatividad, podemos perder todos», se reconoce, ante el riesgo de que Afedeco demuestre que ha ganado peso dentro del sector y sea la que eleve su actual número de miembros en la mesa del convenio, dejando un espacio todavía más reducido, y menos dinero, a Pimeco y Pimem-Comerç. Pese a ello, desde Pimeco se asegura su disposición a dar ese paso.

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