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BOULEVARD

Familias ucranianas reservan vacaciones en Mallorca

El ministro Miquel Iceta descansó el pasado fin de semana en Mallorca de riguroso incógnito, el titular de Cultura no mantuvo contacto alguno con los socialistas locales

Miquel Servera atrajo a Rafael Moneo, ambos en la imagen, amarró la Fundació Miró y vio «crecer a un genio» llamado Miquel Barceló.

Farruquito también está en Mallorca, como todo el mundo. Sin embargo, los visitantes más exóticos del verano son las familias ucranianas que han reservado vacaciones en la isla. La guerra se ha alargado tanto que deja remansos para la paz. Las contrataciones con sello de Ucrania se han producido por dos vías, la tradicional hotelera y el alquiler turístico mediante plataformas que tanto preocupa a Carmen Riu, da gloria escucharla.

Consulto a mis hoteles de referencia:

-Tenemos y tendremos a ucranianos, aunque no tantos como rusos. De hecho, hasta el año pasado los llamábamos rusos a todos indistintamente.

En efecto, el yate Tango inmovilizado en Mallorca es propiedad del oligarca ruso Viktor Vekselberg, que es ucraniano. En ocasiones, los turistas con pasaporte de Ucrania y voluntad de veranear en Mallorca tienen fijada la residencia en otros países europeos, donde han acogido a familiares de su tierra expulsados por la guerra. Contratan directamente o por medio de airbnb. Al mismo tiempo, se ha iniciado el goteo de refugiados de la guerra que vuelven a su país desde Mallorca, ante la concentración del conflicto en zonas muy concretas. El turismo procedente de Kiev recuerda que al mundo no lo dividen las fronteras, sino las riquezas.

El PSOE anunció la visita de una batería de ministros a Mallorca, pero se suponía que era para fotografiarse con ellos. Pues bien, Miquel Iceta descansó el pasado fin de semana en el sur de la isla, huésped de Helena Guardans y de Ildefonso García-Serena. En su visita de riguroso incógnito, el titular de Cultura no mantuvo ningún contacto con los socialistas locales. Cuando veas un coche de la Guardia Civil apostado en un lugar inesperado del litoral, conviene preguntar.

Exijo un respiro, tengo el buzón saturado de críticas impublicables a la consellera de Sanidad. Con un mensaje positivo, «cuando la oyes, se te quitan las ganas de ponerte enfermo». Por fortuna, Mallorca también aporta médicos como el cirujano gastrointestinal Antonio de Lacy. En su despedida del Hospital Clínic barcelonés, le han acompañado titulares del tenor de «Messi de los cirujanos» (Ara) o «La sanidad pública pierde una estrella» (La Vanguardia).

La despedida al mallorquín De Lacy en el Clínic se sustanció con un vídeo en que destacados colegas de todo el mundo lo definían como «cirujano de cirujanos» o «innovador y líder». La grabación incluía a celebridades como Norman Foster -»sobresaliente en mejorar la calidad de vida de todo el mundo»-, Elena Ochoa -»celosa y hermosa dedicación»-, Antón Costas, Catherine Zeta-Jones -»siento no estar en Barcelona, al doctor Touni le queda tanto por hacer en su maravillosa vida»-, Michael Douglas -coreando entre aplausos «Touni, Touni, Touni, eres mi nuevo amigo y me gustaría que vieras la importancia que doy a este vínculo»- o Rafael Nadal -»gracias por darme la oportunidad de colaborar y todo lo mejor en tu nuevo proyecto»-.

Homenaje del Hospital Clínic de Barcelona al mallorquín Antonio de Lacy

Homenaje del Hospital Clínic de Barcelona al mallorquín Antonio de Lacy Redacción

Por cierto, Toni Nadal no viajó a Wimbledon porque tenía comprometidos cinco días como entrenador en el Rafa Nadal Tennis Centre del Sani Resort, en Grecia. En vísperas de la tercera ronda contra Lorenzo Sonego, el campeón telefonea a su tío, que estaba convencido de que «hasta ahora no ha jugado bien», para pedirle consejo. «Le dije que necesitaba ser más agresivo, y mi sobrino me respondió que ‘por supuesto, ya lo sé’». Esa misma tarde destrozaba a su rival italiano por 6-1, 6-2 y 6-4, bronca incluida. La llamada surtió efecto.

Murió Miquel Servera, nuestro creador viscontiniano a lomos de una sensibilidad que Mallorca nunca mereció. Atrajo a Rafael Moneo, amarró la Fundación Miró a Palma, contagió su estética a Miquel Barceló «pero no necesito su agradecimiento, mi premio es que he visto crecer a un genio». Lo quisieron destruir pero no consiguieron doblegarlo, sus templos eran Massana y Sa Pleta Freda.

El hombre hecho arte ejerció de guía en los momentos de oscuridad, me aguijoneaba junto a senadores tan dispares como Miquel Barceló padre, Luis María Pomar o, sí, Rafael Perera. No hablaba Servera, elaboraba. Mimaba las palabras y los objetos, veía más allá, se movía con la gracia de un payés mallorquín cultivando Florencia. Fue su propio dueño, nunca recibió el reconocimiento que su inspiración acreditaba.

Reflexión dominical persuasiva: «Los más convencidos son los menos convincentes».

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