La razón de estas líneas es poner en valor un hecho singular: el mecenazgo de Juan de Saridakis en el ámbito de la medicina, aunque no fuera en las Illes Balears -no nos consta que tuviera ninguna relación especial con la medicina insular- sino con la medicina catalana. Vayamos a la historia. En los años 40 del siglo pasado, se propuso la construcción de un pabellón exclusivo para investigación dentro del recinto de un centro hospitalario, el Hospital Nuestra Señora del Mar (posteriormente Hospital del Mar) de Barcelona, un hecho prácticamente sin precedentes. Este pabellón, germen del IMIM (Institut Hospital del Mar d’Investigacions Mèdiques) se construyó en dos fases, la primera inaugurada en 1947 con la presencia mediática de Sir Alexander Fleming y la segunda, reinaugurada con mayor solemnidad, pero menos repercusión mediática, el 6 de febrero de 1950. Los periódicos de la época recogen la efeméride y señalan que durante el acto se descubren placas a algunos benefactores del Instituto como Ioannes Saridakis y las familias Samaranch y Vendrell-Serra (LVG, martes, 7 de febrero de 1950, página 13) ¿Cuál era la relación del Hospital Nuestra Señora del Mar, el Pabellón de Investigación y el Sr. Saridakis?

A priori, parece un hecho sorprendente, máxime si se tiene en cuenta que la información sobre la presencia de Joan de Saridakis en Barcelona, y por extensión en Catalunya, es prácticamente inexistente. Su presencia casi siempre estaría relacionada con visitas a exposiciones y a artistas contemporáneos. Dos reseñas anteriores de La Vanguardia pueden dar algo de luz sobre el tema. En una se hace constar la gratitud del ayuntamiento de Barcelona al Sr. Saridakis por su desinteresada gestión para conseguir penicilina con destino al Hospital Nuestra Señora del Mar (LVG, jueves 12 de julio de 1945) y en otra se hace eco de la convocatoria «de una beca de cinco mil pesetas, concedida para altos fines de investigación por el doctor (sic) don Juan D. Saridakis, ilustre súbdito griego residente en Barcelona (sic) al Hospital Municipal de Infecciosos» (LVG, sábado 22 de diciembre de 1945, pág. 14). La segunda parte de la noticia tiene su interés, como luego se verá: «Es voluntad del generoso donante que el tema de estudio de la expresada beca sea ‘Las endocarditis bacterianas subagudas y su tratamiento por la penicilina’, incorporándose estas investigaciones a los trabajos generales de la ponencia sobre ‘Endocarditis’ que actualmente tiene el Hospital Municipal de Infecciosos en estudio para el II Congreso Nacional de Cardiología que tendrá efecto en Barcelona en el año 1947». No hemos podido aclarar quién fue el receptor de esta beca, pero sí que la ponencia la realizó el Dr. Lluís Trías de Bes y que tuvo una extraordinaria repercusión.

Es bien conocido el mecenazgo de los matrimonios del señor Saridakis en el campo del arte, no sólo como coleccionistas, sino que también apoyando decisiones estatales para que no salieran del territorio español obras de arte de gran valor y quedaran como legado en museos españoles, (LVG, miércoles 21 de febrero de 1962, pág. 9) pero su filantropía en el ámbito de las ciencias médicas había pasado desapercibida. ¿De dónde surge el interés de Juan de Saridakis por la Medicina y especialmente por la cardiología?

Como en otras muchas ocasiones, las situaciones personales pueden explicar hechos aparentemente sorprendentes. Poco se sabe del estado de salud del señor Saridakis, pero podemos afirmar que debía sufrir algún tipo de cardiopatía (¿una endocarditis?), porqué fue visitado de forma regular por el Dr. Trías de Bes y que, además, se debió establecer entre ellos alguna relación, más allá de la médico-paciente. Dos supuestos avalan esta afirmación. La primera es que el Dr. Trías de Bes, que debía conocer la generosidad de su paciente en otros ámbitos, propusiera la creación de la beca mencionada en el marco del Hospital Nuestra Señora del Mar, del que era director, y de su Instituto de Investigación. La segunda, colateral, pero relevante para las Illes Balears, fue el papel que tuvo el hermano del Dr. Trías de Bes, Josep María, eminente jurista, en la cesión del Palau de Marivent a la entonces Diputación Provincial (hoy Consell Insular de Mallorca) (LVG, viernes 12 de agosto del 2016, pág. 19).

Desde nuestra perspectiva profesional y académica queremos destacar el papel de la medicina asistencial y de la investigación como uno de los ejes vertebradores de un país. En el entorno más inmediato contamos con el IdISBa y el IUNICS, organismos de titularidad pública sin ánimo de lucro con personificación privada sobre los que pivota la investigación biomédica de excelencia de les Illes Balears. Para cumplir sus fines fundacionales deben disponer de fórmulas imaginativas y novedosas que permitan una mejor y mayor participación ciudadana, mayor iniciativa y compromiso del sector privado, y una más que indispensable alianza público-privada. El mecenazgo, a imagen y semejanza del papel que tuviera el Sr. Saridakis con el IMIM de Barcelona, creemos que debería ser uno de los ejes estratégicos de la gestión del sector industrial turístico, fundamentalmente hotelero que debería ver en el más allá de una acción filantrópica, la posibilidad de ver mejorada su imagen corporativa entre un amplio sector de la población que cada vez más percibe sobre todo sus externalidades negativas. Esta orientación de su gestión máxime si se tienen los grandes volúmenes económicos que se mueven en el sector turístico (DM, Supl Especial 1.000 empresas, sábado 28 de mayo 2022) y la prácticamente nula contribución de esta económica empresarial a los proyectos de investigación, es algo que nos debe llevar a una profunda reflexión como sociedad. 

Si tenemos en cuenta que en la recién aprobada ley turística se pone el acento en la introducción de la Economía Circular, queda claro, desde nuestro punto de vista, que debería haber una decidida apuesta por una clara reinversión en investigación biomédica. Un porcentaje de los grandes beneficios que genera la industria turística debería dar soporte a la investigación biomédica, mejorar la salud poblacional, la calidad de vida y el bienestar social de los ciudadanos de las Illes Balears. Sería una clara apuesta para avanzar hacia una real sociedad del conocimiento y, además, tendría un reconocimiento nacional e internacional. En países a los que nos gusta compararnos, es habitual que edificios públicos dentro de universidades, museos, hospitales o centros de investigación lleven el nombre o se reconozca el papel de los mecenas (personas física o jurídica) que los hizo posible y permiten su funcionamiento ¿Por qué no sucede esto en las Illes Balears?