La protesta contra el turismo masivo convocada por Arran en el Moll Vell en 2017 dejó un rastro de suciedad y provocó algún susto entre los comensales de un restaurante cercano, pero no representó un peligro para las personas ni ocasionó daños materiales de consideración. Así ha quedado de manifiesto en la segunda sesión del juicio por el llamado ‘caso confeti’ que se celebra en la Audiencia Provincial de Palma y en el que la fiscalía pide penas que suman 29 años de prisión para doce acusados. 

«El dueño del restaurante [Mar de Nudos] se sintió perjudicado. Ese es el motivo de acudir al juzgado de guardia. En principio era una movilización social que no representaba especial peligro. Pero habiendo un perjudicado dimos cuenta al juzgado de guardia», ha afirmado esta mañana el agente de la Policía Nacional que realizó el atestado. El agente ha indicado que en un primer momento la idea era trasladar el atestado a la Delegación del Gobierno por si consideraba que debía poner una sanción administrativa.

Los hechos que se enjuician ocurrieron el 22 de julio de 2017, cuando varios jóvenes convocados por la organización juvenil Arran desplegaron una pancarta en el Moll Vell de Palma en la que se leía Tourism Kills Mallorca [El turismo mata a Mallorca]. Durante la protesta, que fue grabada por los propios activistas y difundida en redes sociales, se encendieron bengalas y se lanzó confeti sobre los clientes del restaurante Mar de Nudos. 

El juicio se abrió el lunes con las declaraciones de los doce acusados —nueve de ellos negaron haber estado presentes en la protesta y uno de los que lo admitieron precisó que lo hizo en calidad de periodista— y esta mañana ha sido el turno de los testigos de la fiscalía: dos agentes de la Policía Nacional que redactaron el atestado, dos agentes de la Policía Portuaria que llegaron al lugar minutos después de que ocurrieran los hechos, el propietario y trabajadores del citado restaurante, y dos patrones de embarcaciones de recreo.

«El suelo estaba sucio, pero no vimos desperfectos ni nada roto. Vimos una persona que era la que parecía que había organizado la protesta, cogimos su filiación y la entregamos a la Policía Nacional», ha señalado uno de los agentes de la Policía Portuaria. 

Ninguno de los testigos ha notificado daños materiales. Solo el dueño del restaurante ha hablado de «desperfectos», pero sin detallar cuáles. «Hubo cosas que limpiar y que arreglar», ha indicado, pero sobre todo se ha referido al perjuicio que sufrió la «imagen» de su establecimiento. «Mantenemos empleos, no solo en temporada, también todo el año. Procuramos ofrecer calidad y tener un listón alto. Y esa imagen se vio perjudicada», ha subrayado.

Protesta contra el turismo masivo en 2017. DM

Las preguntas del fiscal han estado orientadas a conocer si habían niños entre los clientes del restaurante, y si los botes de humo y las bengalas podrían haber ocasionado daños graves en caso de haber combustionado con los barcos atracados en el Moll Vell. 

Dos patrones de embarcaciones interrogados han descartado que los botes de humo pudieran haber provocado una explosión en contacto con el combustible. Uno de ellos no recordaba haber visto bengalas, aunque otro sí vio alguna. «Una bengala sí podría causar un incendio, bastaría con una chispa. No en mi barco, que es de hierro, pero sí en los que estaban al lado que eran de plástico o fibra», ha indicado.

Identificados en un registro de fotos tras el desalojo de una casa okupada y de jóvenes ligados a Arran

Cuando la Policía Nacional trasladó el atestado de la protesta contra el turismo masivo a un juzgado de guardia se abrieron diligencias que incluyeron la identificación de los presuntos participantes en los hechos que esta semana se enjuician en el llamado ‘caso confeti’. 

El agente de la Policía Nacional que firmó el atestado ha explicado durante el juicio que su unidad disponía de dos álbumes que incluían decenas de fotos de jóvenes que con anterioridad habían sido desalojados de una casa okupada y que tenían alguna vinculación con la organización juvenil e independentista Arran. Dos testigos identificaron a varios de ellos al mostrarles las fotos. 

«Hubo un testigo que nos dijo que conocía a varios porque para ir a su casa pasaba por un edificio que se había okupado. Hicimos un muestreo fotográfico, pero haciendo hincapié a los testigos de que solo identificaran a los que estuviesen absolutamente seguros. Un álbum fue confeccionado con fotografías del registro de seguridad ciudadana cuando desalojaron ese edificio. Reconoció a varios en ese álbum. Después se siguió recabando información en el entorno de Arran porque con las cámaras no hubo suerte, no tenían el enfoque adecuado», ha manifestado el agente. 

Asimismo, ha señalado que la policía identificó a dos jóvenes que están en el banquillo de los acusados después de aparecer en una entrevista en este diario días después de la protesta porque se presentaron como portavoces de la formación juvenil —uno de ellos niega haber estado presente en el Moll Vell—.

«¿Ustedes investigan hechos u organizaciones?», ha preguntado al agente el abogado de ocho de los doce acusados, Josep de Luis. «Ambos», ha respondido el interpelado.