Pese a que entienden que «la situación presupuestaria no es la idónea», el Consell d’Estudiants de la UIB se ha sumado a las protestas por el cierre de las bibliotecas del campus a las tres de la tarde, puesto que tienen «la obligación de velar por los alumnos». Un comunicado de la Comisión Permanente remitido ayer a los estudiantes asegura que «si la universidad no garantiza que ningún alumno se quedará sin un espacio de estudio», la organización tomará «las medidas pertinentes» como máximo órgano de representación estudiantil. A raíz de las quejas por la decisión del rectorado, el Consell ha transmitido su malestar a la dirección del centro y ha recordado que tener un espacio en condiciones óptimas para trabajar es un derecho del alumnado.