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OPINIÓN

Cursach saldrá a hombros de su juicio homenaje

Condenan a Cursach por el despido ilegal de dos empleadas del «Mega» A.CORTÈS. PALMA

La fiscalía Anticorrupción empieza la temporada de rebajas montando un juicio homenaje a Bartolomé Cursach. La petición de pena formulada hoy por el fiscal Juan Carrau pasa a ser una octava parte de la petición de pena solicitada ayer por el fiscal Juan Carrau. El presunto acusador considera hoy «inverosímil» lo que ayer consideraba probado. En un mero análisis lingüístico, su actual escrito tachando literalmente el anterior no goza de un átomo adicional de verosimilitud.

En su afán ejemplar por exculpar a Cursach, la fiscalía puede llegar a disociar al oscuro magnate de comportamientos que el propio Cursach considera meritorios. De momento, la fiscalía Anticorrupción pide casi menos cárcel de la que el empresario ya ha cumplido. Con un empujoncito adicional, los funcionarios pueden lograr que los ciudadanos tengan que devolverle dinero al casi exculpado. Los celebrantes deben exigir que la sentencia introduzca un párrafo en el que se obligue a la sociedad a una petición colectiva de perdón, por haber dudado de Cursach y por haber creído en la Administración de Justicia. Asimismo, la organización del juicio homenaje debe contemplar el acondicionamiento de la puerta grande del palacio de la Audiencia, para una eventual salida a hombros o bajo palio de todos los involucrados. Eso sí, se recomienda no aplaudir durante las sesiones.

La fiscalía Anticorrupción se ha vuelto no solo estéril sino contraproducente para perseguir la corrupción. Su tarea fundamental en el caso Cursach ha consistido en apalear a los jueces, fiscales y policías comprometidos con desenredar la madeja políticoempresarial, actuando de acuerdo con las instrucciones... de Cursach. La persecución citada tuvo lugar a instancias del magnate, seguidas con celo conmovedor por policías, fiscales y jueces.

Por fortuna, los funcionarios que han dinamitado el caso Cursach no eran más verosímiles ni capaces al acometer la destrucción de sus compañeros. La estéril fiscalía Anticorrupción culpó a los investigadores del auténtico escándalo de organización criminal, detenciones ilegales, coacciones a testigos y manipulación de declaraciones. No ha conseguido que prosperara ninguna de estas acusaciones, como no podía ser menos al contemplar la mamarrachada de los atestados en que se fundaban.

En una empresa seria, todos los participantes en el apaño estarían despedidas. En Mallorca se simula con fondos públicos la pantomima de un juicio, con perdón por mezclar la justicia en todo esto. En cuanto a los magistrados del Tribunal Superior que ahora se escandalizan del comportamiento de Anticorrupción, son los mismos que frenaron la imputación de Felisa Vidal al fiscal Carrau en el caso móviles. Porque Sicilia somos todos.

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