“El niño ha de ser recibido con respeto, educado con amor, puesto en la vida finalmente, en libertad”. Rudolf Steiner.

Aprender es una aventura fascinante que podemos vivir de forma intensa durante toda nuestra trayectoria vital. A menudo nos sorprendemos de la facilidad con la que los niños absorben los conocimientos y muchos estamos de acuerdo en que mantener una actitud de curiosidad e interés nos hace crecer como personas.

La pedagogía Waldorf

Basar el aprendizaje en la creatividad y la experiencia y respetar el modo en que los niños aprenden, incidir en la motivación y poner al alumno en el centro de la experiencia, son algunas de las claves de la pedagogía Waldorf.

Con una trayectoria de más de 100 años, existen más de 1.200 escuelas Waldorf y 2.000 programas de infantil en todo el mundo. Las escuelas Waldorf integran las artes y la enseñanza académica desde el preescolar hasta el bachillerato y fomentan el desarrollo en cada niño de los valores de bondad, belleza y verdad a través de la voluntad, el sentir y el pensar.

La pedagogía Waldorf se basa en la creatividad y experiencia e incidir en la motivación. Escolasofia

Una educación integral

El objetivo de la educación Waldorf es inspirar amor por el aprendizaje que dure toda una vida. De esta forma se pretende desarrollar al máximo las capacidades individuales de cada persona para que, al llegar a la edad adulta, puedan pensar con libertad y tener criterio propio y el equilibrio anímico que le permita desarrollarse en el ámbito social y, en definitiva, llegar a conseguir sus propósitos.

Escolasofia Waldorf School ofrece una educación integral que tiene en cuenta los sentimientos, la capacidad de trabajo y el pensamiento

Para el alumno las materias no son simples conocimientos que hay que memorizar para luego presentarse a un examen. Son experiencias de vida y a través de ellas se cultivan habilidades emocionales, físicas y espirituales para vivir plenamente y en libertad.

El juego libre, sobre todo en los más pequeños, es una herramienta importantísima ya que desarrolla la creatividad, algo que les permitirá ser capaces de transformar y mejorar la sociedad cuando crezcan.

La Escola Sofia se encuentra ubicada en la finca histórica Son Rossinyol, en Palma. Escolasofia

Respeto a la individualidad y al ritmo de cada niño

Respetamos los ritmos de aprendizaje de cada niño siendo éste es uno de los aspectos más importantes en la pedagogía Waldorf.

Cantamos, leemos poemas y hacemos rimas y juegos rítmicos que desarrollan de manera natural el lenguaje, la memoria y la motricidad de los niños.

Se respetan las emociones de cada individuo y se acompaña al niño para que las sepa reconocer, expresar, nombrar y manejar respetando las emociones de los demás.

El contacto con la naturaleza es un derecho fundamental de los niños; un jardín con árboles, arena con la que jugar, piedras que recoger, tanto en los días de sol como si llueve, en invierno y en verano. 

Una escuela en contacto con la naturaleza

Escolasofia se encuentra ubicada en la finca histórica Son Rossinyol, en Palma. Dispone de un terreno de 12.000m2 y una edificación que data del siglo XVII.

Es una escuela estadounidense, la primera de pedagogía Waldorf homologada por la Conselleria de Educació de las Islas Baleares, con un equipo pedagógico que cuenta con maestros estadounidenses y españoles formados en la pedagogía Waldorf. 

El objetivo lingüístico es que los niños puedan aprender y comunicarse en inglés y en español además de recibir los conocimientos necesarios del catalán. Con más de 100 alumnos de 2 años hasta 14 de hasta 20 nacionalidades, la escuela ofrece un ambiente verdaderamente internacional. 

Para el curso 2022-23, la escuela imparte infantil, primaria y 1º, 2º y 3º de la ESO. La escuela ampliará a 4º de la ESO en 2023-24, al 1º de Bachillerato en 2024-25 y a 2º de Bachillerato en 2025-26.

El objetivo de la educación Waldorf es inspirar amor por el aprendizaje que dure toda una vida. Escolasofia

Un día en Escolasofia Waldorf School

Los niños se abren al mundo, quieren saber qué hay allí, de dónde provienen las cosas, cómo funcionan, pero no quieren aprender de memoria, sino interactuar, observar y experimentar para poder comprender.

La pedagogía Waldorf, conociendo las cualidades de este momento de la vida del niño, ofrece las actividades diarias organizadas de tal forma que el niño pueda experimentar con su cuerpo, con su sentimiento y con su pensamiento cada situación ofrecida.

Solo así, con todo su ser, podrá penetrar en el mundo con entusiasmo, interés y voluntad, comprendiendo las imágenes mentales que los maestros ofrecen, henchidas de imaginación y asombro.

Actividades alternativas para potenciar el entusiasmo

Las principales materias de la enseñanza en la pedagogía Waldorf se trabajan por períodos o épocas que duran entre tres y cuatro semanas. La secuencia de las actividades apela a la contracción y la expansión del actuar, de manera que los niños puedan moverse, pero también que logren la concentración y dominio de su ser. Con la perseverancia en cada una de las actividades, se busca potenciar la voluntad y el entusiasmo que se requiere para el aprender.

En Escolasofia Waldorf cada día se recibe a cada alumno dándole la mano y mirándole a los ojos ya que cada niño es un ser único y así se debe sentir cuando es tenido en cuenta por sus maestros. Es necesario recordar que armonizamos el comportamiento de los niños a partir de un ritmo de actividades planificadas con anterioridad. 

En la pedagogía Waldorf es importante poner al alumno en el centro de la experiencia. Escolasofia

Se toca la flauta, se recita o declaman poesías, se repiten retahílas o trabalenguas con el fin de trabajar la memoria con prácticas que tienen un sentido bello y desarrollan una correcta respiración y dicción.

La introducción de los temas del área se realiza a través de un juego rítmico, que involucra las habilidades de coordinación, lateralidad, equilibrio, destrezas motrices tan necesarias para el aprendizaje.

El maestro presenta los contenidos a partir de imágenes llenas de imaginación, el maestro le pinta con palabras el mundo que lo rodea, le explica apelando a su imaginación y a su sentimiento.

En este punto los niños participan preguntando y aportando ideas sobre las cuestiones tratadas. El maestro puede utilizar material concreto y actividades en las que los niños experimenten y comprueben por sí mismos lo que él explica.

Como ejemplo, podemos pensar en las matemáticas, en donde el niño aprende lo que es una operación matemática a partir de una historia, sumando semillas, sumando pasos al caminar o saltar o contando con sus dedos.

Cuando ya el maestro ha logrado que los niños experimenten lo que enseña, pasarán a consignar lo aprendido en sus cuadernos, pintando, escribiendo o transcribiendo lo que observa en la pizarra.

Finalmente, la clase se termina con una corta narración acorde a los temas de la clase, que normalmente se cuenta durante varios días, con el fin de que el niño tenga la oportunidad de imaginar hasta el día siguiente, qué pasará en la historia.

Más información:

waldorfpalma.com