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Obituario

Muere el Pare Moll, la armonía de un clérigo singular

El Pare Moll, canónigo de la Seu de Mallorca Capítol de la Seu

La Seu de Mallorca pierde el eco de una de las voces que mejor ha sintonizado con su magnitud arquitectónica y la dignidad de su liturgia. El lunes falleció Bartomeu Moll, canónigo desde 2014 y que ejerció de primatxer (sochantre) desde 1974.

Muchas generaciones de fieles y visitantes de la catedral identifican su presencia en el lugar con el canto plácido, equilibrado, vivo y refrescante de este hombre de Montuïri que pateó las calles de Palma y sabía sintonizar por igual con el anciano de recuerdos inagotables y el niño de ilusiones infinitas. Conversador irreductible, identificado con la cultura popular y la tradición de una Mallorca que le era imprescindible, el Pare Moll era también ocurrente y vivaz, amigo de sus feligreses y, sobre todo, de sus exalumnos y alumnas. Quienes pasaron por sus clases de la Santísima Trinidad, el colegio de las Trinitarias en la calle Concepció de Palma, lo conocían con esta apelación de Pare Moll, caso atípico en un sacerdote no perteneciente a una orden o congregación religiosa.

“Tomeu Moll ha hecho un trabajo único, que solo podía hacer él y, además, lo ha hecho bien”, decía un correligionario suyo refiriéndose a su labor en la Seu. Ha muerto a los 78 años. Nacido en Montuïri en 1943, Bartomeu Moll Ribas fue ordenado sacerdote en 1967.

Ejerció de vicario en Sant Nicolau y Sant Jaume de Palma y durante algunos años se ocupó de la parroquia de Els Hostalets, pero el aspecto más constante, el más discreto y el más personal de este hombre perteneciente a una familia de larga tradición eclesiástica, es su labor docente y su capacidad de empatía con los niños. Jugaba en el patio con los alumnos de la Santísima Trinidad, estaba en todas las excursiones, soportaba las bromas y no se enfadaba. “Siempre acababa las clases con una rondalla de mossèn Alcover” recuerda una exalumna. El obispo presidió anoche el funeral de Moll en la catedral y hoy se celebrará otro en Montuïri. 

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