El Pi se rearma de cara a las elecciones de 2023 después de varios meses de rupturas y abandonos. La jornada de ayer era vital para conocer el músculo político actual de los regionalistas, que afrontan una nueva etapa con Tolo Gili como líder central y Josep Melià como ideólogo político. Además, en la reunión de ayer, a la que asistieron unas 200 personas, estuvieron presentes personas relevantes como las diputadas Lina Pons y Maria Antònia Sureda, el exalcalde de Sant Llorenç d’es Cardassar Mateu Puigròs y el alcalde de Pollença, Tomeu Cifre, así como los secretarios generales del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Coalición Canaria, Andoni Ortuzar y Fernando Clavijo.

Gili afirmó que conocen la dificultad de recomponerse de los «errores», pero confía en que puedan superarlos para crear un mensaje de «esperanza y optimismo» con el que llegar al máximo número de votantes de centro: «Observamos con pena la creación de otro partido porque esta gente podría formar parte perfectamente de este partido, y por motivos personales han decidido no hacerlo». No cree que vayan a salir perjudicados con esta división porque El Pi está construyendo un plan con «bases sólidas» para evitar que se «desmonte en dos días».

Sobre la relación con el PNV y Coalición Canaria, detalla que el objetivo es «despertar conciencias y mostrar lo que un partido como El Pi puede hacer por esta tierra». Por ese motivo, el ejemplo de ambos partidos es «importantísimo», pese a que representan dos modelos diferentes: «Podemos hacer una mezcla de los dos, con gente de todo el centroizquierda y centroderecha, así como nacionalistas, con el fin de conseguir el primer diputado en Madrid».

Melià, por su lado, matiza que quieren tener un papel «absolutamente decisivo» para determinar las políticas de Balears y «moderar el extremismo tanto de derechas como de izquierdas»: «Queremos un financiamiento justo y un Régimen Especial para Balears económico y fiscal con el que mejorar la situación». No determina si se sienten más cómodos con la derecha o la izquierda porque se presentan como la «alternativa» a los proyectos actuales.

Ortuzar declara que «en esta tierra se cumplen todos los requisitos para generar un movimiento político que vaya a Madrid y en Bruselas a defender las Illes Balears que contará con el apoyo, la solidaridad y la colaboración del PNV». Clavijo también pone en valor El Pi como un partido «de obediencia balear, para dar voz a este archipiélago».