Las personas como prioridad. Con este sencillo lema podría resumirse lo que ha sido el primer ciclo Reptes Socials a les Balears organizado por Club Diario de Mallorca y Fundació «La Caixa». El pasado martes, la sede de CaixaForum en Palma acogió el último coloquio que se centró en las oportunidades de empleo para los colectivos vulnerables. La desigualdad social, la situación de los jóvenes tras la pandemia y la soledad de las personas mayores fueron los otros grandes temas que han podido abordarse en este foro. Expertos de todos estos ámbitos han podido acercar estas realidades sociales y establecer de qué manera podrían abordarse.

En esta ocasión asistieron a CaixaForum representantes de tres organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan con colectivos vulnerables, principalmente personas con discapacidad intelectual o con un diagnóstico de enfermedad mental. Asier Vitoria, director general del grupo empresarial vasco Gureak;Maria Colón, directora técnica del Área Social de La Fageda, empresa situada en la comarca catalana de La Garrotxa; y Fernando Rey, gerente de Esment entidad nacida en Mallorca hace ahora 60 años. Mercè Marrero Fuster, colaboradora de Diario de Mallorca, fue la encargada de moderar la mesa redonda.

Sergi Lounghey, director de relaciones institucionales de Fundació «La Caixa», abrió la jornada reconociendo «el cariño, la ilusión y la creatividad» que ponen los profesionales dedicados a abrir las puertas del empleo a los colectivos más vulnerables. Lounghey recordó que Fundació La Caixa puso en marcha hace 15 años el programa Incorpora gracias al cual 355.000 personas han obtenido un puesto de trabajo. Marisa Goñi, directora de Diario de Mallorca, tomó la palabra, para destacar que este ciclo se ha puesto como objetivo «entrar en profundidad de la mano de la gente que está trabajando en estos ámbitos que nos han acercado realidades duras». Goñi enfatizó que «nunca debemos olvidarnos de los colectivos vulnerables» y reconoció la labor de las entidades sin ánimo de lucro que trabajan con estas personas: «Tenemos que estar agradecidos al trabajo diario que realizan en unos momentos en que no es fácil obtener recursos».

El trabajo abre las puertas a una vida normalizada, permite a las personas sentirse reconocidas, útiles y activas. Para aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, tener apoyos es fundamental para poder acceder a un empleo. Y esa es precisamente la labor que desarrollan organizaciones sin ánimo de lucro como Gureak, La Fageda o Esment; entidades que «trabajan para aportar valor público para que nuestra sociedad sea más justa y equitativa», según mencionó Mercè Marrero en la presentación del acto y los invitados. 

REPRESENTANTES DE LAS ENTIDADES GUREAK, LA FAGEDA Y ESMENT PARTICIPARON EN EL COLOQUIO

Con una plantilla de 5.757 personas, el 84% con algún tipo de discapacidad, y una facturación de cerca de 200 millones de euros, Asier Vitoria explicó que la clave de Gureak es la diversificación empresarial. Las divisiones industrial, de servicios y de marketing; que les permiten poder adaptarse a una demanda laboral cambiante, mientras que la división Itinerary es transversal y encara la orientación y el desarrollo de la persona. Antes de finalizar su intervención Asier Vitoria se detuvo a analizar el valor social integrado de la labor desarrollada por Gureak: «Por cada euro que Gureak recibe de la administración pública en políticas activas de empleo, devuelve 1,62. Hay que poner en valor que invertir en políticas activas de empleo tiene un retorno». Así, Vitoria recordó que ese retorno no es únicamente económico, si no que también, y sobre todo, hay que tener en cuenta el valor social de su actividad «y lo que ahorramos al sistema en pensiones no contributivas». 

«La pasión nos sigue manteniendo ahí, han sido 40 años de luchas, fracasos y éxitos. De convertir problemas en oportunidades porque hay momentos que no es fácil continuar», dijo Maria Colón. La Fageda surgió como un proyecto para devolver la dignidad a las personas internadas en los antiguos manicomios. En la historia de esta entidad ha sido determinante el convencimiento de que «el sentido del trabajo es que sea un trabajo con sentido, que sea útil para la sociedad». 

El valor social, razón de ser

Permitir el desarrollo de las capacidades de las personas, promover su potencial aceptando las limitaciones y crear una organización que pueda contener emocionalmente en los momentos de soledad o de miedo, son los pilares que darán sentido a ese trabajo, según argumentó Maria Colón. Con 500 personas empleadas y una facturación de 28 millones de euros, La Fageda fabrica 1,8 millones de yogures cada semana. Además también se dedica la producción de mermeladas y a trabajos de mantenimiento, limpieza y jardinería. «Nuestro reto es mantenernos en nuestra situación» y el objetivo «mejorar la calidad de vida de nuestro territorio. Nos preguntamos qué más necesita la comarca».

«Que todas las personas disfruten de una buena vida». Bajo esta máxima opera desde hace 60 años Esment, acompañando a personas con necesidad de apoyo en todos los ámbitos de su vida:formativo, laboral, social, de ocio... 

Para Fernando Rey la razón de existir de las entidades como Esment, La Fageda o Gureak es el valor social que su actividad genera. Aun así, también han de ser sostenibles medioambiental y económicamente. Rey destacó la importancia de la confianza y la colaboración público privada, y subrayó a la necesidad de diseñar «políticas públicas que faciliten el empleo en empresas ordinarias». Con una plantilla de 600 personas, Esment atiende a un total de 1.500 personas. La entidad ha ido creciendo y diversificando su actividad, innovando y asumiendo riesgos como la apertura de su primer café en 1996. Todo ello teniendo como base el comportamiento ético, priorizando el bienestar de las personas, acogiendo la diversidad, fomentando el aprendizaje, la innovación y la colaboración. 

Mirando al futuro

Contar con una formación dual adaptada es una de las necesidades de estos colectivos aunque a juicio de Asier Vitoria «la formación a veces no es suficiente». En este sentido remarcó que «estamos evidenciando la brecha competencial y el mercado es cada vez más exigente». El reto es «ser capaces de que las personas con discapacidad no se queden fuera, cómo hacer que los nuestros tengan las adaptaciones».

Mantener la actividad de La Fageda en un contexto de pérdida del poder adquisitivo y encarecimiento de las materias primas es una de las preocupaciones de Maria Colón: «Los costes no van a bajar y hay que ver cómo seguir con nuestra actividad sin despedir a nadie y garantizar la continuidad del modelo». 

Por su parte Fernando Rey insistió en empresas y administraciones han de colaborar, ser aliados. Para Rey, la reducción del paro pasa por ajustar la formación a las exigencias del mundo empresarial e insistió en la implantación de la formación profesional dual, algo en lo que coincidió Maria Colón. En este sentido se puso el ejemplo de Gureak que ha conseguido que el País Vasco cuente con una formación básica adaptada en contenidos, prácticas y tiempo. 

Todo ello debe sustentarse en un marco normativo que puede ser determinante para el avance de la inclusión. Cimentar la confianza de las empresas en estas organizaciones y «conseguir que entiendan que pueden incorporar más personal», refirió Asier Vitoria.