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La facturación por asistencias a visitantes cayó un 56,5% en 2020 y un 30,5% en 2021, los años pandémicos

Si el IB-Salut facturó 33,4 millones en 2019, en los dos años siguientes bajó a 14,5 y 23,2

Turistas en Palma. B. RAMON

La facturación por asistencias a turistas extranjeros lógicamente ha bajado en los dos últimos ejercicios en los que la pandemia de covid-19 limitó la llegada de visitantes a este archipiélago. Así, en el primer año de restricciones a la movilidad por cuestiones sanitarias, la facturación cayó un 56,5% al pasarse de una cantidad librada al cobro de 33,4 millones en 2019 a los 14,5 millones que se facturaron en 2020. 

El año pasado se recuperó en parte la principal actividad económica de esta comunidad y el descenso de la facturación fue menor, del 30,5%. Y es que en 2021 se llegaron a facturar 23,2 millones de euros, una cantidad nada despreciable en una coyuntura muy difícil.

Respecto a las nacionalidades de los turistas atendidos, si en el año prepandémico las cifras se movían en torno a las 19.513 asistencias a ciudadanos británicos por las que se facturaron un total de 11,4 millones de euros, en los dos siguientes se atendieron, respectivamente, a 6.480 y 5.060 ciudadanos de esa nacionalidad por unos montantes totales de 3,6 y 4,4 millones de euros.

La recuperación de los turistas alemanes hacia su destino turístico preferido ha sido más meteórica. Si en el año prepandémico se atendió a 15.372 germanos a los que se les libró facturas por algo más de 9 millones de euros, en 2020 los turistas alemanes asistidos bajaron hasta los 6.090 a los que se les reclamó el pago de 4,2 millones.

Pero el pasado año las ganas de volver al sol de Mallorca generó la asistencia de 9.545 alemanes, con un crecimiento superior al 50%. Por todas ellas el Servei de Salut facturó 7,7 millones, ya cerca de la cantidad habitual antes de la crisis sanitaria (los 9 millones de 2019).

Entre los datos curiosos facilitados por el Servei de Salut figura la asistencia que recibió un islandés en 2020 por la que se le presentó una factura de 154 euros. O el único chipriota atendido el año pasado con un coste de 331 euros.

Para entender el desfase existente entre el número de turistas atendidos y las cantidades libradas al cobro hay que recordar que una asistencia por un percance leve generalmente son cubiertas en los centros de salud a un coste infinitamente menor que una prestación sanitaria recibida en un hospital de agudos.

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