La evolución de la campaña turística de este año va a ser clave a la hora de ir rebajando las bolsas de pobreza que la crisis del coronavirus ha generado en Baleares, según pone de relieve la coordinadora autonómica de Cruz Roja. Juana Lozano, ya que una parte apreciable de las personas que en estos momentos solicitan ayuda a esta entidad vivían una situación normalizada antes de la covid.
Entre los colectivos que todavía hoy necesitan de esta ayuda social se encuentran los trabajadores por cuenta propia que durante la pandemia han visto recortada sustancialmente su actividad y, consecuentemente sus ingresos; las personas que se han visto abocadas al paro o están afectadas por algún ERTE; y los empleados de la economía sumergida que también han visto recortados sus ingresos. Estos grupos son los que tienen más perspectivas de ir recuperando una situación más normalizada.
También aparecen las familias que ya tenían a alguno de sus miembros en situación de vulnerabilidad pero que ahora han visto como más componentes han pasado a tener problemas económicos, y los ingresos que consiguen son insuficientes para atender a todos.
El grupo con menos posibilidades de remontar es el del que ya mostraba situaciones de pobreza en 2019, como los extranjeros en situación irregular o las personas sin hogar, por citar dos ejemplos, con el agravante de que la crisis ha provocado que su situación sea todavía peor. Eso significa que el respaldo que van a tener que recibir a partir de ahora sea cada vez mayor.
En este contexto, Juana Lozano pone en valor el trabajo que están realizando los voluntarios para aliviar todos estas situaciones de necesidad.
Según la memoria de 2021 de este organismo, este grupo lo componen más de 1.700 individuos, que han permitido que durante el pasado ejercicio Cruz Roja atendiera a 83.289 personas.
