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El ‘Financial Times’ introduce a sa Pobla en el mapa de fincas de lujo mallorquinas

Aquí se llora a los trabajadores de fuera, solo la prensa extranjera se preocupa de «los mallorquines expulsados del mercado inmobiliario» y que «pagan alquileres más altos que los de Madrid»

El establecimiento de Maó tiene claro el género de los trabajadores que ‘necessita’, donde la doble ese marca el ‘énfassis’ en las ‘chicas’.

El sesudo Financial Times acaba de introducir a sa Pobla en el mapa inmobiliario de las fincas de lujo mallorquinas. El diario económico de referencia mundial dedicó dos páginas a Mallorca en su cotizada edición del domingo pasado, bajo el epígrafe de «Donde las colinas se encuentran con el mar». No, no trata sobre la adaptación del balconing a espacios naturales, perfeccionada esta semana en la isla.

El reportaje sobre el «regreso con fuerza de los compradores extranjeros a Mallorca» incluye el obligado mapa, donde se destacan los no menos inevitables enclaves de Puerto Pollença, Port d’Andratx o Son Vida. La sorpresa mayúscula sobreviene ante la señalización como destino inmobiliario de sa Pobla, nunca singularizada antes. La biblia de las finanzas detalla que «los compradores británicos buscan un mayor rendimiento a su dinero dirigiéndose hacia el interior de la isla a pequeñas ciudades como sa Pobla y Búger, donde las casas del pueblo tienen precios a partir de 550 mil euros, y las fincas a partir de un millón y medio».

Escrito queda para quienes confiaban en refugiarse en el interior de Mallorca, los nativos serán expulsados del último rincón. Sin duda es la primera vez en que una publicación del calibre del Financial Times abre otra vía virgen a la colonización. Si ni siquiera el FT le merece suficiente crédito sobre la expulsión en curso, disuelva su escepticismo recordando que también dudaban de su incorporación al mapa los vecinos de barriadas como Santa Catalina o Son Espanyolet, ahora saqueadas por los vikingos.

Cada una de las compraventas irracionales que penetran hasta sa Pobla empobrece un poco más a los no millonarios. En tan dramática tesitura, Mallorca llora porque sus turistas se quedan sin coches de alquiler, o porque los trabajadores de la península no encuentran una vivienda de temporada en condiciones. Solo la prensa extranjera, empezando por el Financial Times, se preocupa por «los mallorquines expulsados del mercado inmobiliario».

El diario británico se solidariza con «los nativos que no pueden subirse a la escalera de la adquisición de una casa, muchos de ellos se ven obligados a pagar alquileres que son hoy más altos que los de Madrid, según los datos oficiales». La aportación cenital del rotativo señala el momento en que se detendrá la expulsión de los mallorquines. «Incluso las clases acomodadas mallorquinas son incapaces de permitirse algunas de las zonas por las que suspiraban en el pasado. Son Vida es donde los abogados y médicos mallorquines solían comprar, pero se han visto desterrados por los precios».

Hablando de la búsqueda de mano de obra, en mi viaje mensual a Menorca para reencontrarme con la Mallorca que no pudo ser, me sorprendo ante la imagen textual que hoy nos ilustra, «Se necessita chicas para pizzeria y heladeria. Se valora idiomas». El establecimiento de Maó no alberga la mínima duda sobre el género de los trabajadores que «necessita», donde la doble ese marca el «énfassis» en la exigencia de «chicas». Chicos y mujeres abstenerse.

Rodolfo Fernández fue mi amigo cuando ejercí de peor jugador de los mejores equipos de Mallorca. En el Patronato o en San José, lo más apetecible de los entrenos eran las interminables discusiones posteriores junto a un variat con este catalán terco y obstinado, a la par que amable y bonachón. Rudy Fernández todavía no había nacido, pero con menos de cinco años ya botaba el balón como el maestro que iba a ser bajo tutela paterna.

Rodo no es solo el padre de Marta y Rudy Fernández, sino el creador de dos estrellas del baloncesto que han conquistado la NBA, campeonatos mundiales y medallas olímpicas. Fabricó a dos hijos para la cumbre, con el mismo mérito que le asiste a Toni Nadal en el caso de su sobrino. Y para los partidarios de las supersticiones emocionales, un número uno deportivo solo se consigue a base de disciplina y sacrificio, la presión es un privilegio. Felicitabas a Rodolfo por un título de su hijo, y te replicaba irritado que «ha fallado dos tiros personales». Divertido, impagable, la muerte siempre se entrega a destiempo.

Reflexión dominical calculista: «Desesperar es razonable, pero no sirve de nada».

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