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IB-Salut admite alguna irregularidad «aislada» en las ‘peonadas’ de tarde

Sí niega Francesc Albertí que se cobre actividad extra no realizada: «Me consta que las gerencias de cada hospital lo controlan»

Imagen de archivo de una usuaria saliendo del hospital de Son Llàtzer que atiende a la población del Migjorn de Mallorca. MANU MIELNIEZUK

Varios usuarios del Servei de Salut han contactado con este diario para denunciar el adelanto de una cita con el especialista que tenían ya concertada en horario de tarde, dentro de la actividad asistencial extraordinaria conocida coloquialmente como peonadas puesta en marcha y remunerada aparte para reducir las listas de espera tanto quirúrgicas como de consultas externas y de pruebas diagnósticas.

Según refieren los afectados, la modificación de su cita para acudir a la consulta les fue comunicada en el último momento, con muy escaso margen, y que ante la imposibilidad de poder asistir, la perdieron irremisiblemente.

Fuentes sanitarias consultadas apuntaron a que estos «ajustes» constituyen una práctica si no habitual, sí bastante frecuente entre algunos facultativos que pasan consulta por las tardes. Así, esta forma de actuar perseguiría concentrar todas las consultas prefijadas en menos tiempo, aunque sea a costa de estar menos tiempo con el paciente, con el objetivo de poder acabar antes.

No pone la mano en el fuego

Preguntado por estas presuntas prácticas, el subdirector de Atención Hospitalaria y Salud Mental, Francesc Albertí, no negó que se estuvieran produciendo, «no pondría la mano en el fuego», adujo, aunque no dudó en calificarlos de «hechos aislados que se están persiguiendo».

La mayor parte de las denuncias recibidas correspondían a cambios de citas médicas en el hospital de Son Llàtzer, centro que asiste al Migjorn de Mallorca y sobre cuya situación asistencial Albertí admitió que no conocía en detalle.

Aunque sí descartó taxativamente que esta actividad extraordinaria, fuera la que fuera (consulta, intervención quirúrgica o prueba diagnóstica), se estuviera cobrando pese a no haberse realizado.

Pese a que admitió que esta actividad extraordinaria es organizada por la dirección médica y de enfermería de cada hospital en estrecha colaboración con los diferentes servicios médicos, Albertí matizó que «las gerencias hospitalarias son las que tienen que llevar a cabo este control. Y me consta que lo hacen. Si se ha producido algún caso similar (de cobrar peonadas sin hacerlas), será puntual», zanjó la cuestión.

Como se recordará, para este año, antesala del próximo ejercicio con cita electoral autonómica, el IB-Salut ha presentado un plan de choque para reducir las listas de espera dotado con un total de 18,12 millones de euros con los que se financiarán un total de 369.285 actos médicos entre los que se incluyen desde una intervención quirúrgica hasta una primera consulta con el especialista pasando por las visitas sucesivas, gabinetes en los que se realizan exploraciones complementarias como test de esfuerzo o de alergias o pruebas diagnósticas como resonancias, tacs o radiologías convencionales. Albertí recordó que esta actividad extraordinaria se remunera aparte y que se abona por módulos, esto es, se paga conjuntamente por una tarde de trabajo pasando consulta, operando en un quirófano o realizando gabinetes o pruebas diagnósticas.

La actividad normal, antes

«Cada hospital tiene sus necesidades para abordar las demoras asistenciales. Por eso nos reunimos con cada gerencia y su equipo directivo para evaluarlas. Antes les exigimos que nos garanticen que la actividad normal, la que se desarrolla entre las ocho de la mañana y las tres de la tarde, se realiza de manera normal», subrayó Albertí descartando de esta manera que los médicos trabajen «al ralentí» durante su horario oficial para beneficiarse más tarde con las remuneraciones de las peonadas. «Cada gerencia hospitalaria controla tanto la actividad diurna como las peonadas que se hacen. Disponemos de los mecanismos para hacerlo», subrayó.

También negó el subdirector de hospitales que con esta actividad extraordinaria se esté «premiando» a los servicios médicos más negligentes en la gestión de la actividad asistencial encomendada. «La demanda no es la misma para cada especialidad. Hay más peticiones de consulta para Oftalmología o Traumatología y, lógicamente, tendrán más lista de espera. No premiamos la ineficacia», estimó.

Para evaluar el grado de cumplimiento del plan de choque citado, Albertí reveló que mantienen una reunión mensual con cada gerencia hospitalaria para comprobar que se ajustan al gasto pactado para cada hospital y para ver si necesitan derivar a algún paciente a los hospitales privados concertados San Joan de Déu y Cruz Roja.

¿Qué pasa con el paciente que se niega a ir antes?

Desde el Servei de Salut se afirma que si un paciente se niega a acudir a una consulta que le ha adelantado su propio médico, este tendrá que esperarle y atenderle en la hora previamente fijada, pero que nunca será sacado de la lista de espera por esa negativa a presentarse antes. 

No obstante, otras fuentes conocedoras de estas dinámicas señalan que el paciente solo volverá al buzón de voz si el médico consigna en su historia que debe volver a ser citado. Si no lo hace, esta cita tendrá que volver a ser solicitada por el cauce habitual a través de su médico de cabecera. Con el agravante de que el paciente desconozca que debe volver a cursarla y espere infructuosamente una nueva citación.

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