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Condenan al Consell de Mallorca por las molestias que ocasiona la planta de Son Reus

Un vecino tuvo que marcharse por el insoportable ruido y olor que sufría en su casa

sonreus

El Consell de Mallorca ha sido condenada por una sentencia del TSJB, para que asuma las consecuencias de las molestias que padece el propietario de una finca que está ubicada junto a la planta de reciclaje de Son Reus, en el barrio de Son Sardina. La institución, que ha llegado a reconocer su responsabilidad, tendrá que indemnizar a este propietario con 40.000 euros. El vecino tuvo que abandonar su vivienda porque era imposible continuar residiendo en ella, dado las fuertes olores y el ruido insoportable que venía padeciendo desde hacía años. 

Además de una indemnización económica de 40.000 euros, el Consell de Mallorca tendrá que adoptar otras medidas para que la situación se normalice. Tendrá que realizar mediciones de olores y ruido en el domicilio de este vecino, para lograr unos niveles que permitan poder reanudar la convivencia en este domicilio.

Aunque la ley de residuos establece que la instalación de Son Reus, gestionada por la empresa Tirme, debe ser una zona estanco, la realidad es que este requisito no se puede cumplir. Al ser cada vez mayor los residuos que se generan en la isla, la empresa se ve obligada a amontonar la basura en montículos en el exterior de la finca de Son Reus. Y lo hace en una zona que está situada junto a la pared de la finca vecina. Estas montañas de basura han llegado a alcanzar una altura de diez metros, pero lo más grave es el intenso olor que desprenden, que perjudica de forma especial al vecino, que decidió abandonar su casa y marcharse a otro sitio a vivir. Además, denunció que el olor era tan desagradable que no podía ni siquiera alquilar su vivienda. 

La indemnización que los tribunales otorgan a este vecino de Palma, que se establece en 40.000 euros, está muy lejos del dinero que reclamaba. Demandó al Consell de Mallorca, como propietario de la planta de residuos, reclamando 1.3 millones de euros. 

Los magistrados cuestionan los informes que han presentado los técnicos, que han sostenido que los estudios no demuestran la fuente de olores que denuncia el vecino. La sentencia incide en que es lógico concluir que si la planta no puede asumir toda la carga de residuos que se generan y se ve obligada a depositar la basura en el exterior, es lógico concluir que este almacenamiento provoca olores y ruido con la descarga de los camiones. 

Si bien la sentencia resalta que el fuerte olor que se respira en esta zona de Son Reus no afecta a la salud, también lo es que el vecino no tiene la obligación de soportar esta situación, porque la planta está pensada como una instalación estanco, sin que se tenga que depositar ningún residuo en el exterior.

El tribunal entiende que existen medidas para paliar esta situación y que el Consell de Mallorca, a través de Tirme, tendrá que encontrar una solución, que podría consistir en colocar una barrera colindante entre las dos fincas, para parar el fuerte olor y el ruido que generan a diario los camiones que acuden a Son Reus a descargar los residuos.

La sentencia fija una indemnización anual de 8.000 euros, pero la fija a partir del año 2017 que fue cuando empezaron a acumularse los residuos en el exterior de la planta de tratamiento.

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